Canal RSS

Archivo mensual: julio 2011

De repente, un candidato nuevo

Publicado en

 

Foto de Mayela Barragán en el Cuartel Simón Bolívar del Municipio Vargas

De repente, como quien lo hace sin pensarlo, en una especie de arrebato inspirador, viene Chávez y de un sopetón nos cambia todas las señas.

Primero modifica el slogan que lleva más de 10 años imponiendo en el país, las célebres palabras: “Patria, Socialismo o Muerte” que arbitrariamente imprimieron en fachadas de edificios de ministerios, oficinas de Pdvsa y de cualquier dependencia de la administración pública. Ese slogan que a grito templado obligaban a vociferar en cuanto mitin y templete organizaba el comandante, de la noche a la mañana, pasó a ser algo así como “Patria, socialismo y viviremos” o «Patria, socialismo y victoria. Viviremos y venceremos» o algo por el estilo porque parece que aún no tienen muy claro cómo terminará siendo el grito de campaña electoral.

Después, escoge nada menos y nada más que un viernes para aparecer vestido de amarillo ante el país. Si, justamente en viernes, día muy simbólico para los empleados de la administración pública pues, desde hace muchos años han sido obligados, por órdenes superiores, a vestir sin excusa alguna sus franelas y camisas rojas rojitas cada último día laboral de la semana. ¡Cuántos amigos míos no han expresado sus quejas por la humillación que sentían al verse obligados a vestir la “revolucionaria” franela roja!

A simple vista, pareciera que todo forma parte del “cómo va viniendo vamos viendo” del que se muestra tan devoto este régimen, pero, cuando uno se detiene a observar los hechos y las palabras que dice el presidente, así como la imagen que nos presenta ahora, no se puede menos que pensar que todo forma parte de un plan bien orquestado para hacer ver al país que quien se postula para la presidencia en las elecciones del año que viene no es el mismo hombre que lleva más de 12 años gobernando.

Si echamos atrás la cinta, recordamos que hace unos meses comenzó el show del absceso pélvico del presidente. El país asistía a una especie de novela de suspenso por entregas en las que, a cuenta gotas y siempre manipulando la información  a conveniencia, luego de casi un mes de especulaciones, medias verdades y completas mentiras, por fin, nos dicen que Chávez tiene cáncer.

Al sol de hoy, no se sabe con exactitud qué tipo de cáncer padece (o padecía, según se empeña en decir ahora) el mandatario. Por ningún lado hemos visto un parte médico autorizado que dé cuenta del diagnóstico y de la prognosis de la enfermedad. Sabemos lo que al presidente le ha dado la gana decirnos, ni más ni menos.

Pasan los meses y un buen día nos anuncia que ¡oh, milagro! Está curado. No se han conseguido más células cancerígenas en su cuerpo. Prácticamente, ha vuelto a nacer.

A estas alturas, ya las especulaciones sobre su padecimiento sobrepasan los límites del realismo mágico o lo real maravilloso. Unos piensan que todo fue un invento ideado por el G2 cubano para manipular políticamente a la población con el sentimiento de lástima que inspiraría verlo y saberlo vulnerable y mortal y, otros, aseguran que su cáncer ya está bastante avanzado y que no tiene vuelta atrás. Yo, la verdad, ya no sé ni qué pensar al respecto y tampoco es que me quite el sueño. Lo que tengo claro es que, sea cierto o no el show del cáncer, la enfermedad le ha rendido sus beneficios políticos y, según parece, hasta logró remontar en las encuestas.

Entonces tenemos a un hombre que estuvo al borde de la muerte, que milagrosamente logró superar un cáncer en tiempo récord y que ese milagro no sólo fue médico sino que, aparentemente, obró como si le hubieran metido la mano por la boca y lo hubieran volteado del revés.

Ese es el hombre que un viernes que se suponía de rojo,  apareció, por la mañana, vestido de amarillo y diciendo algo así como “¿Qué vaina es esa de estar siempre de rojo? ¿A quién se le ocurriría semejante estupidez de uniformar de rojo al país cuando hay tantos colores tan bonitos como el amarillo? Y, por la noche, vestido de negro para, a los pocos minutos, arroparse con una bandera tricolor que “por casualidad” le habría enviado una camarada con sus felicitaciones por el reciente cumpleaños y los deseos de total recuperación.

Este nuevo hombre, el nuevo candidato a la presidencia, no es rojo rojito, es multicolor y parece necesitar del cobijo de toda Venezuela para terminar de superar su fatal aunque ya curada enfermedad. Esa misma que lo hizo renacer convertido en un hombre nuevo. Del viejo Chávez sólo queda un punto rojo que se asoma en los pliegues del cuello de la camisa, muestra de que, en el fondo, sigue siendo el mismo.

Entonces, el hombre renacido aparece y habla de los males de los gobiernos anteriores y, como quien no quiere la cosa, dice “Cuando ellos aquí gobernaban, votaban los muertos, había personas con 20 cédulas. AD y Copei tenía máquinas de hacer cédulas…” O sea, sin querer queriendo (tan Chavo del Ocho como el «Vivir Viviendo»), habla justamente de los males de la cuarta que durante los 12 años de su V se han mantenido y agravado y de los que se le acusa en estos momentos desde la oposición. En una admirable pirueta, sus 12 años pasan a formar parte del gobierno anterior y este hombre nuevo, renacido del cáncer viene a prometernos, una vez más, acabar con tanta atrocidad.

Con esa carambola se erige en su propio opositor pues, aparece ratificando su candidatura para el 2012  y diciendo: «¡Ojalá haya una oposición seria!».  Y agrega, “A uno le gusta tener un buen contendor, por respeto a uno mismo. ¡Ojalá salga alguien!”.

¿Quién mejor que él mismo para hacerse oposición? Eso sí, siempre desde la perspectiva de que quien se presenta a la contienda electoral es el hombre nuevo, el que renació luego de estar al borde de la muerte. Seguramente, para este fin, le servirá perfectamente el perder el pelo, tema sobre el que viene insistiendo con frecuencia y sobre el que dijo. «Estoy en quimioterapia, cuidándome las defensas, los glóbulos rojos. El cabello empieza a aflojarse un poco…”. Así, un hombre calvo, en contraposición al anterior del tinte renegrido, completará el «extreme make over» que le dará paro a su nueva imagen.

Cómo relacionar a este candidato calvo, vestido de amarillo o de cualquier otro color menos el rojo, reflexivo y bonachón como consecuencia de la terrible enfermedad sufrida y que le mostró sus errores, este hombre que con voz humilde dice “¡Viviremos!”, el del “espíritu nuevo” que se arropa bajo el manto del tricolor nacional, con aquel revolucionario del verbo encendido, siempre vestido de rojo o de militar, que vociferaba a todo pulmón “¡Patria, Socialismo o Muerte!”.

Cárceles, propaganda y revolución

Publicado en

Sábado 16 de julio de 2011, luego de dormir una corta y reparadora siesta después de llegar del trabajo, aburrido y sin más nada qué hacer, enciendo el televisor con la esperanza de conseguir algún programa interesante o, por lo menos, entretenido qué ver. Comienzo a hacer zapping, recorriendo los canales y, cuando paso por el 6, dial en el que se recibe la señal del canal del gobierno, VTV, observo que está por terminar una de esas propagandas de la Misión Vivienda con las que atosigan en cada corte de la programación y con las que pretenden darle visos de realidad a ese engaño ideado para mantener a sus seguidores enganchados a una esperanza.

Me quedo un poco absorto pensando en la capacidad de engaño con la que cuenta el régimen y la propaganda de la Misión Vivienda da paso a una promoción, que en el fondo no deja de ser otra propaganda como toda la programación de ese canal, en la que invitan a ver un programa sobre el problema carcelario en Venezuela.

“¡Caramba! -me digo-, parece que por fin el régimen se va a dignar a darnos información acerca de lo ocurrido en El Rodeo I y en el Rodeo II”.  Me quedo pegado al canal de propaganda del gobierno para averiguar de qué irá el programa. De puro iluso que soy, espero que en la promoción me digan que van a hablar con seriedad sobre cuántos reos murieron en los recientes hechos acontecidos en ambos penales y, cuántos y quiénes escaparon en una huída que parece llevada a cabo por un prestidigitador. Veo la propaganda para ver si en el programa anunciado dirán cómo entraron a los penales las armas, la droga y el dinero allí encontrados, si mostrarán a los responsables, a quienes negociaron para hacerse de la vista gorda mientras las mafias se apoderaban de los penales y un puñado de PRANES decidía quién entra y quién sale, quién tiene derecho a comer y a vivir o cuánto tienen que pagar para tener esos derechos. Supongo que me explicarán cómo desde las cárceles se planifican robos, extorsiones y secuestros y que hablarán sobre las medidas que el gobierno va a tomar para poner fin a tanta infamia y tanto terror que se vive dentro de las penitenciarías donde los PRANES mandan, donde se observa cómo entran y salen mafiosos con armas de todos los calibres ante la mirada cómplice de los guardias y como, en algunos casos, esas mafias deciden quién es el director y quién no puede serlo.

Pongo cuidado a la promoción y me doy cuenta que nada más lejos de lo que yo esperaba. El programa anunciado no es más que una pieza más de propaganda del régimen en la que, como de costumbre, echarán toda la culpa de lo sucedido a los años de democracia de la cuarta república. Como si el gobierno del Presidente Chávez se acabara de juramentar, el programa sólo se centrará en cómo era el sistema penitenciario en esos años, desempolvarán imágenes, testimonios, informaciones y declaraciones que mostrarán cómo el infierno carcelario es hijo de los gobiernos de Caldera y Carlos Andrés para atrás, pasando por los de Lusinchi y Luis Herrera. Para los realizadores del programa es como si no hubiesen pasado 12 largos años de este gobierno. Según la propaganda vista, parece que el programa dirá que es insólito lo que ocurre en las cárceles, como lo dijera hace poco el propio presidente de Venezuela en unas declaraciones en las que pretendía hacer creer que se acababa de enterar de la situación penitenciaria.

Al terminar de ver la propaganda pienso: “Qué capacidad tan impresionante tiene este régimen para escurrir el bulto, para evadir sus responsabilidades en todo lo que sucede actualmente en el país” y desvarío pensando cómo podría haber sido este gobierno si la capacidad y creatividad para idear propaganda la hubieran puesto al servicio del desarrollo del país.

¡¡12 años!! Ya casi 13, y todavía pretenden hacernos creer que la culpa es del gobierno anterior. Este Régimen le quitó a las gobernaciones su competencia en las cárceles porque se suponía que iban a remediar todo lo que allí ocurría. Es decir, desde un principio estaba al tanto de lo que allí pasaba y se mantenía al tanto de cómo todo eso fue empeorando a medida que la “revolución” avanzaba y se afianzaba. Cuando Chávez asumió la presidencia de la república, esos jóvenes de 22 o 23 años que hoy son los PRANES de la penitenciarías tenían apenas 10 años, eran unos niños, y los Guardias Nacionales que están encargados de la custodia de los centros carcelarios y que negocian para permitir la entrada de armamentos de guerra, armas blancas, alcohol y drogas a esos centros también eran niños de quizás unos siete u ocho años. Es decir, esos jóvenes que han sembrado de horror las cárceles del país, son los hijos de esta “revolución”, son el “hombre nuevo” que nos han prometido desde el inicio del régimen el presidente y sus colaboradores.

Termina la propaganda y me convenzo que nunca este gobierno asumirá sus responsabilidades, seguirá con su eterna cantinela de la cuarta república a pesar de que la quinta ya pasa de los doce años. Cambio una vez más de canal a sabiendas de que nunca sabremos la verdad de lo ocurrido en los penales, no sabremos qué reos murieron y qué reos lograron escapar y con seguridad nunca veremos a los responsables de lo sucedido pagando por lo que hicieron.

Haciendo zapping llego a un canal en el que están dando “Alicia en el país de las Maravillas” y allí me quedo, absorto, viendo la película.

Adolfo Morales, barro, fuego, humo. Sensualidad.

Publicado en

Adolfo Morales, «La Diáspora. La Noche»

Cuando observo objetos hechos de barro, no puedo dejar de
asombrarme de lo que el ser humano es capaz de lograr a partir de una masa
informe de arcilla con la sola ayuda del agua y el fuego. Veo platos, vasos,
tazas, objetos utilitarios en general así como adornos o verdaderas esculturas
hechos de cerámica o porcelana e inmediatamente la mente se vuelca a lo que
inicialmente no era más que un amasijo de barro y agua que fue cobrando forma y
vida en las manos de algún  acucioso creador.

Pero cuando lo que veo son las piezas creadas por Adolfo
Morales, el asombro se transforma en admiración porque lo que tengo frente a mis
ojos es la más genuina representación del arte del fuego. Entonces mi mente
divaga ante lo observado y veo al artista sentado en su torno, pateando la
rueda para hacer surgir de entre sus manos las maravillosas peonzas, los
imposibles plenilunios o esos amorosos y agradecidos ojos de luna que le
dedicara a su maestra. Es como presenciar una acto de magia, como asistir a la
realización de un milagro que se terminará de concretar cuando el fuego le dé
una consistencia dura y el humo producido por las virutas de madera que arden
los colmen de esas insospechadas tonalidades de grises y negros o de tonos
color de tierra, tonos ocres, rojizos, marrones que por la generosidad de la
madera que arde teñirán cada una de las piezas de una manera única y
particular.

Para Adolfo, el proceso de producción de sus piezas es
siempre una angustia, una batalla con la ansiedad, un desbocado deseo por asaltar el horno o escarbar las cenizas para descubrir cuál ha sido el resultado de su laborioso trabajo. Por eso, en los días en que arma la pira con el aserrín en el que se perderán sus piezas, una vez que todo está listo y la madera ha comenzado a arder, prefiere agarrar un carro o un autobús y alejarse lo más posible del lugar para sosegar un poco la inquietud que le produce la espera. Cuando ha pasado un tiempo prudencial, regresa para extraer de las brasas que aún queman, esas criaturas que nunca dejan de conmoverlo y asombrarlo al ver los colores que el humo ha sido capaz de  impregnar en ellas.

En las piezas que conformaron su exhibición “La diáspora. La noche”,  Adolfo Morales –a pesar de tantos años que tengo conociéndolo y de que en casa hay muchas de sus obras–, volvió a emocionarme como si fuera la primera vez que contemplaba su trabajo. Una vez más volví a sentir ante sus piezas esa pulsión que me incita a tocarlas, a mirarlas, a olerlas. Es que es infinito el gozo que el trabajo de Adolfo le proporciona a los sentidos, los ojos miran asombrados ese increíble brillo extraído del bruñido a punta de pulso y piedra sobre la ahumada pieza, las manos quieren recorrer la obra para sentir la tersura y suavidad que ese bruñido le ha otorgado y el olfato exige comprobar si el olor a humo y a madera aún permanece en lo contemplado. Recuerdo que cuando Javier Rondón –amigo y colega de Adolfo en el quehacer de las artes del fuego– le obsequió a Elba Escobar una pieza hecha por el ceramista, lo primero que hizo la actriz fue llevarse la obra a la nariz para percibir su olor.

Es que, si hay una palabra que para mí identifica la cerámica de Adolfo, es “sensualidad”. Sobre todo, en este tipo de trabajos cuya técnica se basa en la utilizada por las tradicionales loceras y en la que se estimulan los sentidos de la  vista, el tacto y el olfato tanto durante el proceso creativo como durante el instante contemplativo.

En «La diáspora. La noche», además del gozo
contemplativo y sensual que producen las piezas, uno se consigue con una impresionante obra que, a manera de protesta y denuncia, nos habla del instante político que atraviesa actualmente Venezuela.

Con las cerca de 200 pequeñas arañas que conforman la instalación de “Las diásporas”, y que en estampida están abandonando sus nidos, Adolfo nos habla de ese dolor que desde hace algunos años viene atormentando a los ciudadanos de este país que han tenido que sufrir el desmembramiento de sus hogares. Familias que se separan, hijos y hermanos que emigran en busca de las oportunidades que en nuestro país parecen negarles. Esa instalación es un grito que denuncia a los cuatro vientos la fuga de cerebros también. Ese lamentable fenómeno al que nos ha conducido la forma como se viene manejando el país y que no sólo ha propiciado, sino en muchos casos obligado, a talentosos trabajadores, científicos, artistas, creadores de las artes y la ciencias en general a ausentarse del país para poder vislumbrar una manera que les permita desarrollar a plenitud sus capacidades en sitios donde se les reconozca su valor tanto económica como intelectualmente.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Finalmente, cito las palabras que su entrañable amigo Javier Rondón escribiera para la invitación de “La diáspora. La noche”:

Adolfo Morales nos convoca nuevamente alrededor de sus
fábulas de fuego.

Con barro, con candela y con el oscuro aliento del humo,
Adolfo construye obras que parecen ser la narración de un viaje circular hacia
el centro de sí mismas. Pero yo sospecho que el camino es también inverso, una
pulsión hacia afuera; me parece que, a través de ellas, el callado artista
termina revelándose.

Alguien dirá que hay entre estas piezas un diálogo. Yo creo,
simplemente, que su conjunto no es otra cosa que una constelación.

Las piezas que se exhiben hoy pertenecen a tres series que
ocupan, de modo simultáneo, al autor: Plenilunios, Diásporas y Ojos de Luna
Llena para Alicia Benamú. No será difícil distinguir, al observarlas con
atención, cuáles de estas obras nos hablan de la noche, o de amigos que se van
o de un país que se disgrega; es seguro que podremos distinguir aquellas que
son un cálido homenaje a la amada maestra inagotable: historias contadas con
metáforas del vértigo, con el barro obediente, con la armonía del círculo

¿Fiesta Bicentenaria o lanzamiento de candidatura?

Publicado en

Foto tomada del portal de Correo del Orinoco

La celebración de los 200 años de la Independencia de Venezuela ha debido ser una fiesta de TODOS los venezolanos. El Bicentenario pudo haber sido una extraordinaria oportunidad para convocarnos a celebrar unidos en un solo país, sin embargo, gracias al narcisismo y personalismo del régimen que estamos padeciendo, los actos conmemorativos sólo contribuyeron a profundizar la brecha que separa a Venezuela en dos toletes que día a día se van haciendo más irreconciliables.

Lo que era la celebración de una fecha patria, terminó siendo un acto de lanzamiento de un candidato para la campaña electoral que “el superhombre” aprovechó para, una vez más, manipular con su enfermedad y pretender que los venezolanos le devuelvan y agradezcan con lástima el “inmenso sacrificio que está haciendo al poner en riesgo su salud y su vida en pro de la patria”.

Así, nos mostraron un desfile de soldados y armamentos, los mismos con los que soterradamente nos amenazan al decir que la “revolución es paífica pero está armada” y nos regalaron un acto cultural en el que cada dos por tres se hacía referencia a la imagen de El Supremo con un eslogan que decía “Pa´lante comandante¨  al tiempo que  azuzaban a los presentes para que a coro vocearan la consigna.

Pero lo que más patético me pareció fue que los artistas allí presentes se prestaran para ese acto político. No podía dejar de preguntarme qué necesidad tenían Dudamel, Patricia Velásquez, Iván Tamayo y Daniel Alvarado, entre tantos otros cuyos nombres se me escapan pero que con su presencia y silencio convalidaban lo que allí sucedía, de prestarse para semejante bochorno.

En el caso de los artistas cabrían varias posibilidades:

Uno, que sean afectos al régimen y que estuvieran plenamente conscientes de que su actuación estaba siendo utilizada para apoyar a Chávez y a sus aspiraciones electorales, cosa perfectamente válida ya que a lo largo de la historia muchos han sido los casos de talentosos artistas que prestaron sus creaciones e imagen para apoyar regímenes despóticos y autoritarios.

Dos: que quienes estaban actuando allí desconocían que el acto terminaría siendo un evento político y la imagen de Chávez y la consigna los agarró por sorpresa, en cuyo caso demostraría una ingenuidad tal que rayaría en la idiotez y que podrían haber remediado levantando su voz de protesta diciendo que ellos estaban allí celebrando una fecha que era de todos los venezolanos y no para apoyar ni al presidente ni a su campaña, por lo cual exigían que esas imágenes y consignas fueran eliminadas del acto o de lo contrario no continuarían con sus actuaciones.

Tres: que sabían a lo que se prestaban y que lo hicieron porque les pagaron para eso sin importarles las connotaciones políticas que el acto tendría, con lo cual se estarían comportando peor que prostitutas pues las putas tienen la posibilidad de escoger a sus clientes y decidir con quien se acuestan o no.

Yo soy de los que ha defendido que los creadores tienen derecho a recibir del Estado (no del gobierno) subvenciones independientemente de sus posiciones políticas. Por eso nunca he criticado a quienes estando del lado de la oposición han recibido financiamiento estatal para la realización de sus obras, como en el caso de algunos directores de cine que han hecho sus películas en La Villa del Cine, o productores de televisión y radio que con todo el derecho que les da el ser venezolanos han obtenido financiamiento de Conatel para la realización de cortometrajes de video o micros de radio. Eso lo considero válido ahora, como lo consideré válido en la cuarta república cuando muchos de los actuales “revolucionarios” recibieron dinero del Estado (para ese entonces en manos de los “asquerosos” adecos y copeyanos), pero considero imperdonable que las personas vendan sus ideales y convicciones para poder gozar de una tajada de dinero.

Me parece válido y oportuno, por ejemplo que los artistas utilicen los espacios del estado como  La Estancia de Pdvsa o las salas del Teresa Carreño o de la Universidad de las Artes para presentar sus obras. En mi post “Auch! Una obra de teatro, un país, un dolor…” lo dejé claro. Esos espacios no son de Chávez, son de los venezolanos y se mantienen con el dinero de todos los venezolanos, pero que un creador acepte que su obra sea modificada o manipulada y permita que se le exija directa o indirectamente hacer propaganda al gobierno para poder recibir el subsidio o el espacio para presentar su producción, me parecería deleznable.

Nunca apoyé a quienes criticaron las actuaciones que Dudamel hacía en eventos oficialistas porque consideraba que él es un exitoso y talentoso artista venezolano que representa a todo el país y que como tal ofrecía sus conciertos para seguir dejando en alto el nombre de Venezuela. Por el contrario, siempre me opuse a esas críticas. Pero lo que sucedió el 05 de julio tuvo una intención y una connotación muy diferentes. Con ese show se pretendió lavar la cara al régmen. Ante nuestros asombrados ojos, la fiesta Bicentenaria se convirtió en un evento político de apoyo a la personalidad del caudillo. Resultó ser el broche de oro con el que se cerró un mes de manipulaciones, burlas, medias verdades y absolutas mentiras en torno a la salud de Chávez que, al día de hoy, aún no sabemos a ciencia cierta de qué se trata la enfermedad y cuáles puedan ser las expectativas y que le ha servido al mandatario para apelar a los sentimientos de lástima que podrían cohesionar a sus seguidores en torno suyo. Fue su lanzamiento para la campaña electoral.

Quienes se presentaron en los actos del Bicentenario con su silencio avalaron lo que allí sucedía. Algunos dicen que el arte está por encima de la diatriba política y de colores partidistas, podría ser, aunque no estoy muy convencido de que necesariamente el arte no pueda ser comprometido, pero eso sería otra discusión. Suponiendo que tengan razón y que no se debe mezclar el arte con lo político, entonces, quienes allí estaban actuando son los primeros que han debido decirlo. Tendrían que haber protestado al ver que su arte estaba siendo bañado de tinte político a favor de un régimen y no salir sonrientes a recibir los aplausos de un público que al mismo tiempo de aplaudir gritaba “Pa´lante Comandante”. Como bien dijo Bolívar: “El talento sin probidad es un azote”.

Mi sobrino-ahijado, yo y el cáncer de Chávez.

Publicado en

Gabriel Gerardo Rojas Pérez, Gabo, tiene 18 años, es guapo, chispeante y alegre, siempre con el chiste a punto, le gusta el fútbol, la música, la historia y la geografía. La vida no nos ha permitido compartir personalmente tanto como quisiéramos, pero las redes sociales y los avances tecnológicos de las telecomunicaciones se han encargado de remediar ese distanciamiento real y lo ha compensado con una fluida comunicación virtual. Gabo no sólo es mi sobrino, sus padres me dieron la dicha de nombrarme su padrino de bautismo así que los vínculos afectivos podríamos decir que vienen multiplicados por dos.

Cuando el presidente Chávez salió a informar en un video transmitido en cadena nacional de medios que padecía cáncer, lo que desde muchos días antes conocíamos a través de informaciones filtradas, de bastantes especulaciones y muchos inventos, comenzaron a surgir a través de las redes sociales como Twitter y Facebook y por los mensajes del pin de Blackberry una serie de comentarios sobre el padecimiento de Chávez. Estas burlas, tal vez debido a la historia particular de Gabo, que ha crecido en el seno de una familia en la que varios miembros han tenido que luchar contra el cáncer (lucha que no siempre resultó victoriosa como en el caso de sus abuelas, mi mamá una de ellas, que murieron víctimas de ese padecimiento), lo llevaron a escribir una sentida carta en la que expresa su punto de vista sobre la situación.

Algunos mensajes transmitidos por sus contactos, entre los que me incluyo,  eran meramente informativos y muchos otros en son de chistes y burlas sobre lo anunciado por el mandatario en una especie de catarsis colectiva mediante la cual muchos queríamos, en algunos casos, desahogarnos y, en otros, poner al descubierto y desenmascarar tanto a Chávez, quien pretendió por largo tiempo ocultarle al país la verdadera situación de su salud, como a sus acólitos que no cesaron de decir mentiras, contradicciones y verdades a medias acerca del estado de salud del mandatario. Y que, al día de hoy, continúan mintiendo y manipulando a la población con mensajes y videos que más que informar sobre la situación tienden a confundir.

Lo más sencillo y claro sería que los médicos que tratan al presidente den un parte serio y claro en el que informen cuál es la verdadera situación del paciente, de qué tipo de cáncer se habla y en qué estadio se encuentra, así como cuáles son las expectativas que, desde el punto de vista científico, se pueden tener. Pero, por el contrario, lo que a simple vista parece estar sucediendo, es que están utilizando la enfermedad del presidente para manipular políticamente y sacar partido electoral de la situación.

Los mensajes y chistes, entre los que figuran algunos escritos por mí, fueron el detonante para que Gabo escribiera el texto que transcribo a continuación y esa carta fue el punto de partida para una interesante discusión que sostuvimos por el pin del Blackberry en horas de la madrugada y que también incluyo en este post porque considero que puede servir para que muchos tengan un poco más claros los sentimientos que la situación actual de Chávez pudieran estar generando.

LA CARTA DE GABO

Primero, y antes que mi opinión sea juzgada, quisiera aclarar que aquí no estoy pidiendo compasión, ni lástima ni mucho menos “Pobrecito el Presidente” porque mucho que nos ha jodido pero, principalmente, porque esas expresiones son vetadas en mi núcleo familiar desde el momento en que uno aprende a hablar.

Recién salida del horno la noticia del Tumor Cancerígeno “sufrido” por el presidente de la República de Venezuela, Hugo Chávez, empezaron a salir los comentarios de costumbre con respecto al caso. Algunos serios, otros informativos, pero en su mayoría humorísticos y de celebración. Por suerte, la vida me ha dado la oportunidad de forjar amistades de más de 120 nacionalidades, de las cuales más del 90% al decirles: Soy Venezolano, la primera reacción que me daban era una gran sonrisa y de una vez juzgarme como una persona muy alegre y feliz. Ahora, ¿Con qué moral le digo yo a cada uno de ellos que vengo de un país donde
más de ¼ de la población le desea la muerte a alguien? Sí, me da tristeza ver al nivel que hemos llegado los venezolanos, burlándonos y celebrando una enfermedad por la que todo el mundo se ha unido para combatirla. Es correcto, digo hemos, porque esas reacciones las he visto en mi familia, amigos, cercanos
e inclusive ex – amantes;  entonces me toca incluirme debido al famoso refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”.

El Cáncer es una enfermedad que debilita las defensas y deja al cuerpo expuesto a que cualquier simple enfermedad como una gripe común dé la estocada final. Es una enfermedad que mata lento y con bastante dolor, dañando a la persona poco a poco hasta que esta ya no puede más. Es correcto, hay tratamientos como la quimioterapia y radioterapia;  los dos acaban con el cáncer,  pero también con todo lo que consiguen a su paso. Sólo personas con mucha voluntad de vivir y más duros que un tronco son capaces de aguantar ese tratamiento. La quimioterapia (siendo la más eficiente) consiste en administrar sustancias químicas
como carboplatino y taczol al organismo. Estas sustancias entran el cuerpo y si la persona aguanta en promedio de 8 a 12 tratamientos con intervalos de unos 10 y 25 días entre sesión y sesión, arrasan con las células cancerígenas del órgano tratado, pidiéndole a Dios que no les haya dado tiempo de expandirse a
otros órganos. Pero estas sustancias no son selectivas, es decir, no saben diferenciar entre el bien y el mal, por consecuencia,  acaban con los glóbulos blancos, plaquetas, melanina (pigmentos de la piel y cabello), bajan la hemoglobina, entre otros efectos secundarios que no puedo recordar en este momento. En palabras un poco más coloquiales, la persona pierde gran cantidad de sus defensas, se le cae el cabello, la piel se arruga y se pone áspera, las uñas se debilitan, se pierde la sensibilidad en los dedos, los labios se resecan, se debilitan algunos músculos e inclusive, afecta el ánimo de la persona, desde depresión hasta cólera pasando por angustia. Una vez completado el proceso, se hace un examen más, verificando que no queden más células cancerígenas, de ser positivo, más quimioterapias serán aplicadas, de ser negativo, al paciente le tocara ir
regularmente (aproximadamente cada 4 meses) a un control médico para asegurar que su cuerpo sigue limpio; es decir, cada 4 meses, la angustia llega no solo al paciente, sino a sus familiares también. Los familiares, esos sufren casi igual que el paciente, ellos tratan de ayudarle, desde llevarle frutas como
ciruelas para la recuperación del organismo hasta rezar y hacer promesas al Barbudo (como con cariño me refiero a nuestro Padre Dios) por la salud del paciente. Aquellos que sobreviven al cáncer, lo hacen luchando por una causa, por ejemplo, la de una madre de criar a sus hijos, no abandonarlos, que a pesar de tener un padre dispuesto a todo, ella no querer dejarle la tarea a él solo, por querer estar en la graduación de su hijo, de apoyar a su hija menor cuando su primer novio la deje o simplemente ayudar a su hermano menor, que considera su hijo mayor a encontrar de nuevo el camino. Hay muchos ejemplos de gente que lucha contra el cáncer e inclusive ejemplos más heroicos que el que acabo de “inventar” más arriba.

Una vez aprendido lo que es el cáncer, les pregunto, ¿Siguen celebrándolo, deseándolo, alegrándose y burlándose del Cáncer? O mejor dicho ¿Se van a burlar de aquellas personas que perdieron la batalla? ¿O de aquellos que la ganaron pero a un costo muy alto? Mejor aún ¿Seguirán burlándose de aquellos que aún siguen en la lucha? Por supuesto, esta pregunta va para ambos lados, le pregunto yo al Señor Presidente si con esos jueguitos de demostrar que es un héroe y que es invencible, ¿Seguirá burlándose de la gente que lucha a diario por sobrevivir?

Yo soy de los primeros que celebraré la salida del presidente en el 2012 y haré todo lo posible por pertenecer a la generación que recoja los escombros dejados por el gobierno de turno. Pero algo que no le deseo es la muerte a nadie y, mucho menos de esa forma, porque sé lo que una persona pasa cuando padece una enfermedad de esa categoría. Por supuesto, también quiero que se haga justicia por los daños que ha hecho el Presidente actual de la Republica Bolivariana de Venezuela, pero cuando hablo de justicia, hablo de la justicia creada por la humanidad, de la que empezó con Hammurabi, cambió con los griegos, modificaron
los romanos y hasta hoy en día se sigue usando y perfeccionando para castigar a los que obran en contra de los Derechos Humanos.

Para concluir, quiero decir que desde niño me ha apasionado bastante la historia y la geografía mundial. Desde que aprendí a leer estoy leyendo sobre grandes personajes históricos como, Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Napoleón Bonaparte, Rodrigo Díaz de Vivar, Guillermo El Conquistador, Saladino, William
Shakespeare, Baludino IV, Isabel I, Juana de Arco, Macchiavello, Leonardo da Vinci… Y puedo continuar hasta la semana siguiente diciendo nombres. Como llamamos nosotros en esta vida “de casualidad”,  cuando el presidente Hugo Chávez parte para La Habana para ser tratado por un “absceso pélvico” me estaba leyendo por primera vez la historia de Nelson Mandela.

Invito a todos aquellos que viven con un rencor tan inmenso que les hace celebrar dicha enfermedad a leer sobre Madiba y analicen cómo con rencor no se puede vivir y mucho menos gobernar. Como un hombre unió a un país, aplicando justicia de la humana e inclusive se apoyó en un deporte de blancos para lograr la hazaña. O mejor aún, como en su historia se demuestra que un país no puede emerger cuando 52% de la población tira para un lado y el otro 48% tira para el lado opuesto.

LA CONVERSA

Yo: Ahijado, está muy bueno lo que escribió. Pero hay que entender que cuando uno se alegra por lo que le está pasando a Chávez no lo hace porque le pase a él como ser humano sino a lo que ha representado para todo un país. La descripción inicial que haces de lo que es el cáncer se puede perfectamente extrapolar y observar que eso que hace el cáncer con el ser humano es lo que Chávez ha venido haciendo con todo un país. El ha sido como una enfermedad que mata lento y con bastante dolor, ha dañado a muchas personas poco a poco hasta que estas ya no han podido más. Familias enteras se han separado por su culpa y han sufrido y siguen sufriendo como quien tiene una enfermedad terminal. Por eso, cuando te pregunten ¿cómo es posible que tu país se alegre porque alguien sufre de cáncer, diles que no es por el ser humano en particular sino por lo que ha significado para toda una población. Si a Hitler, Pinochet, Gadhafi, Mugabe o cualquiera de esos
sanguinarios dictadores se los lleva un cáncer yo me alegraría también y lo celebraría. Como se celebró en España y aquí en Venezuela la muerte de Franco. No se celebra la muerte de un ser humano sino el fin de un régimen. Creo que no podemos permitirnos olvidar ni obviar lo que esos déspotas, incluidos Chávez y Fidel, han significado para tanta gente que ha sufrido tortura, persecución, emigración y todo lo que los regímenes autoritarios traen a los seres humanos que los sufren. ¿Qué Dios se encargue de ellos? Sí, que lo haga, pero no puedo dejar de pensar que mientras ellos se debilitan, sufren o mueren, sus víctimas tienen una posibilidad de vivir y volver a tener un futuro.

Gabo: Todo eso yo lo comprendo perfectamente, que eso era algo que tenía en mi primer borrador, pero lo borré porque se extendía mucho. Yo sé que se celebraría en dado caso el fin de un régimen, tal como pasó cuando Hitler se pegó el tiro. Pero qué vino después del suicidio de Hitler? El muro de Berlín, la separación de las Alemanias, el comienzo de la guerra fría y el cague a nivel mundial desde el 45 hasta el 89 que el mundo podía acabar en un invierno nuclear. Por supuesto, no le miento, caería bien que muriera el régimen por no decir personas, pero si cae el régimen mientras nosotros deseamos muerte, simplemente vamos a tener más años de desdicha. Si el presidente muere mientras nosotros, en vez de celebrarlo, trabajamos en conjunto, mientras luchamos por un país donde las diferencias políticas no dividan familias, mientras buscamos soluciones a los problemas o, simplemente, mientras pensamos de manera positiva en vez de preocuparnos por la muerte de alguien… Ahí sí tendremos país para recuperar. ¿Cómo llega Fidel al poder en Cuba? en una revolución en la que todos deseaban la muerte de Batista. ¿Por qué se forja una América libre de la esclavitud del reino español? Porque Bolívar luchaba por la libertad, con ideas y fundamentos, que lamentablemente la única forma era la guerra, ya es otro caso, pero entre sus ideas, las mayores de todas eran de libertad.

Yo: Y después vino la caída del muro y la reconciliación de las dos Alemanias. Como vino la recuperación de Chile y la de España. Nadie dice que uno se va a quedar en el rencor y el resentimiento, que es lo que ellos han hecho. Lo que es cierto es que el camino para la reconciliación y la superación de las diferencias y de las cosas que nos separan se inicia con la salida de los tiranos. Ya queda de Dios si lo hace por medio de un cáncer, también podría ser por un golpe de Estado o cualquier otro evento que, para el caso haría sufrir al dictador tanto o más que una enfermedad. Lo cierto es que el futuro sólo se podrá afrontar de manera diferente a partir de la salida de Chávez, sea por los medios que sea. Fidel y Chávez llegaron al poder ofreciendo unos ideales que ellos mismos traicionaron y terminaron siendo mucho peores que lo que querían combatir. Cuando yo estuve en Cuba vi tal sufrimiento en la gente que habría sido capaz de despellejar poquito a poco a Fidel, me parecería que un cáncer sería muy poco sufrimiento para alguien que se jodió de tal forma en todo un país.

Gabo: Si, la reconciliacion de las Alemanias y la caída del muro vino 44 años después. Es cierto, todo va a empezar una vez que salga Chávez, por el medio que sea, eso es algo que esta más claro que el agua. Supongamos que sí sea por cáncer, bueno déjeselo a Dios. Si se muere, déjelo que se muera, una vez muerto, si se quiere, se celebra y después se actúa o si no se actúa de una vez. Pero ahorita, mientras está en el proceso, nada ganamos burlándonos, celebrándolo entre otras, lo único que ganamos es demostrar que somos la misma cagada que él y darle al mundo la razón de por qué ese hombre llegó al poder y permaneció por 13 años. Vuelvo y repito, sólo se puede empezar a actuar una vez que él haya salido por el medio que sea, así sea que le picó el culo ayer y decidió renunciar. Pero si es por la muerte, supongamos que este Cáncer lo mate en 6 meses (y que me perdone Dios por la expresión) en 6 meses como le digo, ahí sí celebramos y/o actuamos, pero durante esos 6 meses, hacer eso, es demostrar que los venezolanos somos el retrato de él

Yo: Imagina que hay un perro rabioso mordiendo a todo un pueblo. Un día muerde a uno y le transmite la rabia y esa persona muere y sufre un montón para morir. Al día siguiente a otro y a otro después. Y uno ve al animalito y le da lástima porque es un ser vivo que sufre pero para poder salvar al pueblo completo hay que eliminar al perro, si nadie se atreve a eliminarlo y una penosa enfermedad amenaza con llevárselo, el pueblo entero se sentirá alegre de que, con suerte, esa enfermedad les quitará de encima ese animal que los está
diezmando y haciendo sufrir.

Gabo: Yo no estoy buscando que digan pobrecito Chávez. Primero porque mucho nos ha jodido, pero principalmente porque esa clase de expresiones mi madre me las vetó desde el momento en que empecé a hablar. Yo pido es respeto para las personas que lucharon y luchan contra el cáncer y le pedí a los Venezolanos cambiar su manera de pensar. Como vuelvo y le repito, ¿haciendo chistes y comentarios sobre el cáncer de Chávez va a hacer que sea peor? ¿O que lo maté más seguro? ¿O más feo? No, absolutamente no. Solamente nos va a dejar una mala imagen de que somos la misma clase de monstruos que es el. En cambio, al momento en el que él muera, ahí sí celebren los que quieran y actúen los que quieran, sí habrá futuro…
Tomando el ejemplo del perro del pueblo… Supongamos que en vez de llevárselo, la única solución es inyectarlo con una sustancia que lo mata en 6 meses, así el virus morirá junto con el perro y no infectara a más nadie. Durante esos 6 meses tocara poner al perro en cuarentena, que nadie tenga acceso a él. La gente del pueblo no va a ir a la celda donde está el perro a hacer fiesta durante esos 6 meses. La gente va a ayudar a los que siguen enfermos y buscar una cura por si por alguna razón el virus reaparece años o generaciones después. Una vez muerto el perro, lo sacan de la jaula, lo entierra o lo queman y ya, fin de la historia y si en un futuro viene otra vez el virus, ya el pueblo estará preparado para combatirlo porque tiene un valor muy grande que se llama experiencia

Yo: Pero es que es una forma de celebrar que se vislumbra una salida a un problema que está fuera de nuestras posibilidades de resolver. Tomando el ejemplo del perro, si lo veo con retortijones, vomitando, sufriendo, me alegro, no por lo que él está sufriendo sino porque vislumbro pronto una liberación. Si lo miro, y lo pienso como si fuera yo, o una persona querida, o que no ha hecho ningún mal, no puedo alegrarme. Pero no me alegro por el sufrimiento del otro, me alegro por la posibilidad de ver un fin próximo que, por otro lado, podría estar muy lejano. Hay perros a los que no se pueden controlar (podría ser el caso) tal vez no podemos ponerlos en cuarentena y entonces siguen jodiendo y hasta utilizando su enfermedad para manipular y someter a la gente. ¿No ves que Chávez ha utilizado su situación para engañar, burlarse, manipular? Entonces, sólo queda desenmascararlo.

Gab0: Ahora, entonces le pregunto yo, y se lo pregunto porque yo también me alegro por la salida del mal… ¿Por qué en sus comentarios, en vez de reflejar el sufrimiento del perro no refleja la alegría de el futuro que puede venir? ¿Por qué en vez de decir «Fidel lo examinó» «mi mama era un pan de Dios y murió de Cáncer, porque ese hijueputa no pude sufrir también» no dice mejor que se yo (aquí si me disculpa, pero voy a decir la primera pistolada que se me ocurra) «en 6 meses se acaban los apagones» «ya pronto tendré harina pan». ¿Cree Ud.  que con esa clase de comentarios (los primeros) lo va a desenmascarar? Sabemos que no, los Chavistas lo siguen a muerte… Exactamente a muerte, ¿qué pasó cuando murió Josef Stalin y Lenin? Ahí fue que ya el pueblo cambió su mentalidad y abrió los ojos, que hasta Leningrado y Stalingrado volvieron a su nombre original de St. Petesburgo. Pero mientras esa imagen esté viva, sus seguidores van a seguir siendo ciegos y mientras uno siga haciendo esa clase de comentarios simplemente hacemos el ridículo y quedamos mal a nivel internacional.

Yo: ¿Y no es lo mismo? Es la alegría por un tiempo obscuro que está por pasar. Cuando yo digo digo “Fidel le metió el dedo”, lo hago porque él dice que Fidel lo diagnóstico. O sea, utiliza su estado para burlarse de nosotros como si fuéramos ignorantes. Entonces, es una manera de hacer entender que nosotros no somos tontos. Que él puede querer apelar a la lástima para seguirnos jodiendo pero que el jueguito está muy usado y no caemos en él.

Gabo: Y aquí en Venezuela se ha demostrado, la oposición no es capaz de desenmascararlo ni de hacer cambiar de bando a los chavistas, sino él mismo y la incompetencia de los que lo ayudan lo desenmascaran.

Yo: Por otro lado, si digo “mamá que era un pan de Dios murió de cáncer, por qué voy a lamentar que a un HDP le dé”. Es porque esa enfermedad no distingue. Si una buena persona muere de cáncer y la veo sufrir por eso, no voy a lamentar que alguien que sí se lo merece lo sufra y lo padezca.

Gabo: Vuelvo y repito, yo no pido lástima ni pobrecito, porque mi señora madre ya ha pasado por eso 2 veces y por casi 3 decenas de quimioterapias y aun así, algo que ella me ha prohibido usar es la palabra «pobrecito» y muchos menos dar y/o pedir lástima.

Yo: El quiso apelar a la lástima y no lo logró. Después de que salió derrotado y moribundo se dio cuenta que la estrategia del pobrecito no le funcionaba y sacó un video que tenía preparado para hacer ver que está bien y trabajando. El usa su enfermedad para seguir jodiendo. Todo lo tiene medido y calculado. Como no les funcionó esa estrategia, ahora da el lunes libre para que se olviden de su cara de derrotado. O sea, juega con su enfermedad para tratar de ganar simpatías y recuperar las perdidas. Si nos ponemos en el plan de dejarlo porque el cáncer es terrible y no se le muestra a la gente lo que está haciendo seguramente logrará embaucarnos.

Gabo: Pero al enfatizar que lo que nos emociona es el cáncer (y lo digo es por la mayoría de comentarios que he escuchado de todos mis contactos) lo que hacemos es ofender a aquellas personas que perdieron, ganaron y aun batallan contra el cáncer. Esas personas como su mama (mi misma abuela), mi mamá, varios familiares y las miles de personas que saben lo que es eso y le tienen respeto a esa enfermedad porque saben lo que les tocó esforzarse. Y en el último párrafo Ud. me dio la razón, él mismo se desenmascaró y de suponer que muera mañana (pido disculpas por la expresión) ahí a los chavistas se les quita la ceguera… Pero mientras el siga vivo, solo seguimos ofendiendo a su mama (mi abuela), mi mamá, mi abuela por parte de madre, 2 primas, un par de tías y miles más. Ud y yo estamos bien claros que si Chávez dice que el caballo no
es blanco sino negro, que le cayó cloro, así uno le muestre el ADN del caballo a los chavistas, ellos van a decir que es negro que le cayó cloro. Pero, después, él con su incompetencia (o la de los que lo apoyan) se descubre solo.

Yo: No. Porque no es alegría porque sea cáncer. Igual me contentaría si es una gripe la que se le puede complicar y terminar en neumonía y llevárselo. Lo que pasa es que a ti te afecta más porque mezclas la situación de tu mamá y la de mi mamá con la de Chávez. Yo no lo mezclo. Por mi es como si se está muriendo de un uñero. Tu y yo lo sabemos. Pero hay mucha gente que ante una persona débil sucumbe. Como sucedió después del 11 de abril que vino bajito y arrepentido y la mayoría le creyó. Entonces, tengo que hacer lo que pueda para evitar que aunque sea una persona que me lea culipandee y para eso el sarcasmo y la ironía funcionan.

Gabos: Y así como yo lo comparo, la gente que lo padece lo hace también. Como vuelvo y le repito, yo no pido lástima. Si hoy se cae de la cama y se desnuca, es lo mismo, pero no enfaticemos en que se cayó de la cama y se desnucó, mejor remarquemos que tenemos la posibilidad de volver a crecer

Yo: En temas políticos hay que distanciar las historias personales que nos pueden hacer flaquear o debilitar. Hoy, antes de enviar lo de mamá, una amiga me había pasado una cadena de esas de “pobre lo que está sufriendo” y esas vainas. Cuando le envié la mía reaccionó y se dio cuenta que se estaba dejando manipular por sus sentimentalismo y porque tuvo familiares con cáncer

Gabo: Hay comentarios en los que yo estoy totalmente de acuerdo, como por ejemplo, el de que es una burla, ese que Ud. Colocó. Eso sí es ayudar a desenmascarar, demostrar que lo de él es una manipuladera, mas no hacer chistes sobre el caso. Y no es solo en la política, en la vida, las historias personales hay que dejarlas de lado, eso uno lo aprende cuando pasa 6 meses esperando los $  de Cadivi para poder comer, porque el hdp colocó el control cambiario y aquí en el imperio también hay una regla que me prohíbe trabajar. Yo no le digo que no desenmascare y le repito NO PIDO LASTIMA, pero una cosa es desenmascarar y otra es burlar

Yo: No me burlo ni del cáncer ni de los enfermos de cáncer. Me burlo de Chávez y de sus pretensiones de utilizar la enfermedad para manipularnos.

Gabo: Bueno, entonces ¿por qué no enfatiza eso?

Yo: Pero, es que al leer todo lo que he dicho queda claro que no es del cáncer,  por eso digo que mamá murió de cáncer para que vean que sé de qué hablo, y la vi agonizar hasta el último momento y no por eso
voy a dejar que este cabrón (perdón) me manipule.

Gabo: Yo fui el primero que salió diciendo las pajas que habló en la cadena y desmintiéndole la cantidad de “guebonadas” que dijo y en ningún momento tuve que nombrar la enfermedad y pregúntele a su hermana mayor, sonaba más convincente que varios otros comentarios. Ahí si le pido perdón, hay comentarios suyos que yo no he leído, hay en unos con los que sí estoy de acuerdo, otros que no he leído. Yo sé que Ud. no se esta burlando de su mamá, simplemente, porque yo no lo haría. Mi carta no es que la escribí 100% pensando
en Ud., sino también en más de 300 personas que he leído con  comentarios atroces y ahí también le pido disculpas por no haberle dicho eso antes y dejar que desviáramos la conversa…

Yo: Lo que pasa es que yo, desde hace mucho tiempo he tratado de perderle miedo a las palabras. Como en el caso de «mongólico» (¿leíste lo que escribí?) Son palabras. Como cáncer, down, sida, flor o casa. Sirven para designar cosas y no hay que evitarlas. A veces, hay palabras que nos afectan por las historias particulares de cada quien, pero que las evitemos o dejemos de decirlas, no hace que no existan ni las palabras ni las cosas que designan. Para mi decir las palabras me ayuda a quitarles ese halo de temor que puedan tener o inspirar.

Gabo: Por supuesto que estoy de acuerdo, a veces hay que ser vil con los comentarios, como lo fui yo, al
explicar qué es el cáncer. No lo voy a negar, al pensar en mi mamá,  escribiendo eso,  casi se me salían las lágrimas. Pero también hay comentarios que están fuera de borda. Así como Ud. tiene razón, también la tengo yo, porque si enfocamos mucho de lo que padece ese señor, entonces tendremos también una espada de doble filo. Hay que tener cuidado, porque supongamos que yo fuera un necio en vez de Gabriel Rojas, leyendo cualquier comentario descuidado, puede transformarme en un ni ni. Es por eso que hay que explorar las 2 caras de la moneda. Yo sé que tanto Ud. como yo, no nos burlaremos de una enfermedad que conocemos, pero hay que pensar en la gente que no piensa tanto también.

Llegaron la dos y media de la madrugada y la conversa la dejamos hasta allí pero me quedó una extraña sensación de que posiblemente, esta discusión podría ayudar a aclarar los sentimientos encontrados que muchos venezolanos puedan estar eperimentando en estos momentos.

Desde aquí, sólo me queda darle la bendición a mi sobrino-ahijado y reiterarle mi cariño y admiración, recordando que, evidentemente, esos sentimientos que tiene y esa capacidad para pensar y reflexionar son muestra de que está hecho de buena madera.