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«Sospechosos habituales»

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No, no voy a escribir de cine. Este post no se trata de una tardía reseña o crítica sobre la película de Bryan SingerThe Usual Suspects” estrenada en 1995. Voy a relatar única y exclusivamente lo que los venezolanos vivimos cotidianamente en este país que ya cuenta los casi 14 años de “revolución bonita”.

En Venezuela nos hemos ido paulatinamente acostumbrando a dejar de ser ciudadanos para convertirnos en “sospechosos”, potenciales delincuentes, personas que tenemos que a diario demostrar ante el sistema de gobierno que somos inocentes, porque el lema en la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI pareciera ser que todos somos culpables hasta que demostremos lo contrario, si es que podemos.

Así, el simple hecho de ir a comprar leche a un supermercado puede volverse en su contra. Si en lugar de comprar un paquete de leche usted pretende llevar 2, automáticamente, pasa a ser sospechoso de acaparamiento y especulación y al llegar a la caja, el sistema disparará una especie de alarma que le indicará al cajero que usted puede solo llevar un paquete. Nada de dos para después enriquecerse vendiendo el otro por el doble de su costo.

Lo de la leche es un ejemplo que cualquiera de nosotros puede haber sufrido en carne propia. Pero también está Cadivi yo diría que uno de los mayores generadores de sospechosos en el país.

Es tal la cantidad de normas y trabas que los venezolanos tenemos que sortear cuando vamos a viajar al exterior para tener derecho a 2 mil quinientos dólares para compra con tarjeta de crédito, 500 en efectivo y 400 para compras por internet que uno llega a dudar si en realidad no será que uno es un verdadero delincuente en estado de negación y es por eso que el Estado se ve obligado a ponerle un montón de conchitas de mango para ver en qué momento uno se resbala y comete el delito.

Las cantidades anteriores, como sabemos, son el monto máximo al que podemos aspirar y que Cadivi nos concederá como una “gracia” para viajes de un mes o más. Si el tiempo de estadía en el exterior es menor, igualmente lo serán las divisas otorgadas. Pero sea cual sea la cantidad que el régimen le “conceda”, siempre tendrá un lapso de unos 90 días para hacer una declaración jurada en la que explique que utilizó esas divisas para viajar y no para “enriquecerte” con ellas. Y el régimen siempre se reserva la posibilidad de llamarlo a comparecer ante la administración de las divisas para que demuestre, con todos los recibos y facturas en mano, que utilizó esas divisas de manera honesta, so pena de, si parece sospechoso, ser suspendido y bloqueado. O sea, olvídese de solicitar más divisas y espere a ver cuál será su castigo.

Pues bien. En este proceso de consolidación del socialismo y la revolución que nos iguala a todos (a unos más que a otros, en verdad) en la sospecha, el régimen se ideó un mecanismo para “controlar” el contrabando de gasolina en los estados fronterizos y es por lo cual, desde hace un año más o menos hemos empezado a hablar y escuchar del mal llamado “chip” de la gasolina cuya instalación se inició hace un tiempo en Táchira.

Bocazas hay en todos lados

Recuerdo que hace unos cuantos meses, cuando se oía acerca de las largas colas de carros que se estaban haciendo en San Cristóbal para la instalación del “Chip de la gasolina”, que en realidad se llama “Tag” y que no es más que un código de barras que instalan en el vidrio parabrisas frontal, muchos comentaban a través de las redes sociales que esos “gochos” si eran pendejos, que cómo iban cual mansos corderitos a hacer esa cola para que los  marcaran como reses, que por qué no se “arrechaban” y armaban un peo, que…

Mucho de eso lo leí en Twitter y lo escuché en la calle. Como sabemos, los maracuchos tienen fama de bocones, “farfullos”, habladores, bocazas, “vendo la jeta”. Por eso no era difícil encontrarse en la gasolineras o en las colas de los supermercados a los “valientes” que vociferaban que ellos incendiarían la ciudad antes que hacer esa cola para ser marcados.

Y así fue como, un buen día, me llegó por pin de blackberrry que en la parte de atrás del Cuartel Libertador estaban procediendo a la instalación del chip. El mensaje que me enviaron decía literalmente así:

“Ya están instalando el chip de la gasolina en los alrededores del Cuartel Libertador.  Hay poca gente porque aún no han pasado la información a los medios de comunicación. Parece que  lo están manejando con bajo perfil, con mensajes de boca en boca entre los chavistas, para que ellos vayan primero a instalarlo y que se eviten las largas colas que se formarán para obtener el código. A partir del lunes ya lo dirán por la prensa. Hay que llevar carné de circulación, la póliza de Responsabilidad Civil y la cédula de identidad. Corre a poner el tuyo”.

Como yo conozco cómo es la cosa en Venezuela y con el tiempo he aprendido a diferenciar los mensajes verdaderos de los falsos de Messenger, y también sé que los venezolanos no parece que hayamos encontrado una forma efectiva de protestar contra este tipo de decisiones y medidas del gobierno que nos van quitando calidad de vida, con lo cual, a pesar de los bocazas, el “chip” terminará siendo una triste realidad también en el Zulia, sin enfurecerme más de la cuenta, agarré mis papeles y me fui al Cuartel Libertador.

En media hora estaba listo. Al nivel del espejo retrovisor hay una etiqueta con el código de barras que me indicará por medio del la lectura que harán los escáneres instalados en las estaciones de servicio, cuánto será mi cupo diario para poner gasolina.

Al día siguiente ya la noticia se había regado y quienes pensaban que era otro falso rumor transmitido en cadena, empezaron a engordar la línea de carros en los alrededores del Cuartel. Un amigo que fue ese día, tardó dos horas y media en obtener el código y, dos días después, conseguí un señor en el supermercado que me comentó que estuvo desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, sin comer, en la cola para que le instalaran el bendito “chip”. Allá están llegando como corderitos a hacer su fila todos aquellos bocones que decían que no permitirían esa vaina. En un tiempo, todo campo automotor del Zulia contará con su etiqueta de racionamiento de combustible.

No todo acaba con tener el chip

Pero la cosa no termina allí. Si usted pensa que una vez pasada la incomodidad de la larga cola a pleno sol ya el mal trago ha terminado, le tengo malas noticias. Su calvario apenas empieza.

De acuerdo a la experiencia tachirense, una vez que el chip entra en funcionamiento, hay que acostumbrarse a que pasará mucho tiempo metido en una cola cada vez que quiera repostar el tanque de gasolina. Media hora, en el mejor de los casos, y hasta 3 horas para llenar el tanque.

El sistema funciona así:

Cuando el vehículo entra en la estación de servicio, un escáner ubicado en el techo le leerá el código de barras (Si no funciona, usted deberá introducir su número de cédula de identidad que, una vez más deja de ser un número de identificación ciudadana para convertirse en un mecanismo de control y racionamiento). En la pantalla le aparecerá el dato con la cantidad de litros de gasolina diaria que el sistema tiene a bien conceder como una “gracia” por la cual, de todas formas, tiene que pagar.

Mi sobrina Luzmary Santos, que ya está curtida en el Táchira con el funcionamiento del “chip”, me contaba que hace unos días llegó a poner gasolina y que al verificar en la máquina, la pantalla le decía que su cupo había sido bajado de 50 litros diarios a 20 litros, que si quería recuperar su cupo original, debía pasar por una “auditoría”. Sospechosa habitual.

Resulta que si a quienes manejan el sistema les parece “sospechoso” que usted reposte combustible todos los días o de manera frecuente, pues lo pueden castigar disminuyendo el cupo, llevándolo a cero litros incluso, y lo obligan a ir a la auditoría con los representantes del Instituto Nacional de Tránsito Terrestre, de PDVSA  y hasta del mismo CICPC  para que explique esa manera “sospechosa” de poner gasolina. Por supuesto, ese trámite de la auditoría implica una cola que puede durar cuatro o cinco horas.

-Lo mío se arregló porque después de las 3 horas de cola, en la auditoría me dijeron que no era por exceso de consumo sino porque habían anotado mal mi número de placa. Así que me reintegraron mi cupo de 50 litros –dice Luzmary-. Pero delante de mí estaba una señora que tiene un transporte escolar y que ha tenido que ir ya cuatro veces a auditoría porque es “sospechosa”. A algunos que no pasan la auditoría, les prohíben poner combustible por ocho días o por el tiempo que a los auditores les dé la gana.

El contrabando sigue igual

Pero los más triste del caso es que, como pasa con el racionamiento de los alimentos, con la fuga de divisas y el control cambiario y con los tantos otros controles que nos impone el régimen actual, las medidas no han servido para nada. Los buhoneros siguen vendiendo en las calles los productos alimenticios racionados al triple del precio estipulado por el gobierno mientras que en los supermercados no se consiguen y cuando los hay, tienes que mostrar tu cédula de identidad para poder comprar la cantidad que estipula el racionamiento como medida para evitar el acaparamiento y la especulación de los revendedores.

Cadivi, todo el mundo sabe que es una ratonera igual o peor que el tristemente célebre Recadi de la cuarta. En Colombia y Panamá la gente sigue “raspando” las tarjetas. Hasta en Estados Unidos hay quienes se encargan, previo pago de comisiones, de aprobar cupos de Cadivi sin que la gente tenga que estar en Venezuela o viajar y los jerarcas del régimen que son los que tienen dinero y más fácil acceso a los dólares preferenciales se llenan los bolsillos comprando dólares oficiales a bajo precio para revender una parte a casi 10 bolívares por dólar y poner la otra parte a buen resguardo en cuentas en el exterior, por si algún día hay devaluación o tiene que salir  huyendo del país.

Con el contrabando de gasolina pasa exactamente igual. La experiencia tachirense demuestra que la extracción ilegal de combustible no ha disminuido. Según comentan en los corrillos, ese es un negocio tutelalado, como muchos otros negocios ilegales, por los militares. Los “pimpineros” (quienes sacan gasolina en pimpinas por los caminos verdes) tienen sus bolsillos llenos de “chips” comprados a 200 bolívares cada uno a quienes administran la instalación del código. Al menos 200 era lo que pagaban inicialmente, posiblemente haya aumentado con la “inflación”.

Y, como con el cupo de Cadivi que se generó todo un mercado paralelo de divisas en el cual hay compradores y vendedores de cupos, con el control de la gasolina el gobierno está propiciando el nacimiento de un nuevo negocio ilegal: la venta del cupo del “chip”.

Si a mí me otorga la “gracia” el sistema de permitirme un cupo de 50 litros diarios y lo que consumo son sólo 10 o 15 litros de acuerdo a mis desplazamientos, pues tendré un excedente diario de entre 35 y 40 litros diarios que podré vender a los contrabandistas. La verdadera solución para acabar con el contrabando de gasolina todo el mundo sabe que es subir el precio del combustible y ponerlo a precios internacionales, así se acabaría el negocio. Pero eso tiene un costo político y social que un gobierno cobarde y populista como el que tenemos no está dispuesto a pagar.

En fin. Que lo del chip es otra medida más fracasada que, además, tendrán que terminar poniéndolo en todo el país pues quienes no puedan comprar la gasolina para el contrabando en Táchira o Zulia, lo harán en Trujillo o Lara al final de cuentas el negocio es tan lucrativo que, cuando mucho, aumentará un poco el precio del combustible por los “inconvenientes” causados por el control.

El chip es completamente inútil para limitar la extracción ilegal de combustible a Colombia, para lo que sí es absolutamente efectivo es para hacerte sentir controlado, humillado, sospechoso y, por supuesto,  impotente pues, las protestas generadas en Táchira no impidieron la implantación de la medida. Por unos pocos que hacen los negocios ilegales terminamos pagando todos los ciudadanos decentes y trabajadores porque el régimen, en su ineficiencia, es incapaz de controlar y meter en cintura a esos pocos al margen de la ley. Pagamos justos (y juntos) por pecadores, mientras que los verdaderos pecadores se cagan de la risa.

Explícame, ¿soy yo el culpable?

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Foto de Cristian Espinosa

A mi me van a tener que explicar, pero eso sí, una explicación como para idiotas, a ser posible con un video, qué carajo son, para qué coño sirven y qué debemos esperar los ciudadanos de a pie de los denominados “líderes” políticos y de las organizaciones que los agrupan a ellos y a sus seguidores, o sea, los partidos.

No puede ser que cada vez que uno pretenda, en cualquier sitio o por algún medio, exigirles a los políticos que cumplan con su papel de líderes (o con lo que uno cree, debe ser su papel) salga alguien que nos espete en la cara:

-¿Pero por qué le pide y echa la culpa a los políticos? Eso no es responsabilidad de ellos. Es responsabilidad de nosotros, que tenemos que salir a protestar y a exigir.

Y por ahí se van con una retahíla de comentarios con los que resulta que, al final, la situación de la inseguridad, del desempleo, del  pésimo estado de las vías públicas, del obsoleto funcionamiento de las instituciones públicas cada vez más sumidas en la burocracia, la inflación, la corrupción y ese largo etcétera que padecemos los ciudadanos que no hacemos otra cosa más que trabajar como negros esclavos –en casos como  el mío de domingo a domingo- para medio vivir y pagar la incalculable cantidad de impuestos que pagamos, somos los responsables del paupérrimo estado del país y sus ciudades.

YO, porque “no me organizo” como ciudadano o como vecino. YO, porque “no protesto” y “no exijo”, soy el culpable de que me quiten la electricidad a diario, me pongan un revólver en la frente para quitarme un Blackberry (con suerte si no lo disparan), se me espichen los cauchos porque las calles están llenas de huecos, me extorsionen desde la cárcel para cobrarme “vacuna”, me apunten en plena avenida con un arma para quitarme el carro, no consiga los medicamentos que debo tomar, no cuente con un sistema de salud mínimamente aceptable, no pueda acceder a los productos básicos de alimentación porque no se consiguen, tenga que pelearme con otro pendejo como yo en el supermercado para arrebatarle el último kilo de leche o litro de aceite, que mis hijos en plena etapa de crecimiento no puedan tener la leche indispensable para su desarrollo físico e intelectual. ¡YO SOY EL CULPABLE!

Como diría mi difunta madre y como tengo de hashtag en Twitter #VayaPalaMierda.

Vamos a ver. Yo no tengo ni madera ni ganas de ser líder. Conozco perfectamente mis limitaciones y dentro de mis capacidades sé muy bien que no se encuentran las de orientar a nadie y pretender dirigir sus destinos. Dentro del rebaño social, yo soy una oveja más que necesita ser encarrilada y dirigida, que necesita ser convocada y orientada por quienes se supone sí tienen ese espíritu y vocación de líder. Cada vez que me han convocado para una protesta, para un acto de votación, para colaborar con cualquier actividad política he acudido disciplinada y obedientemente. Pero líder, simplemente, no me interesa ser.

Se supone que las organizaciones políticas son estructuras diseñadas para cubrir esa necesidad de liderazgo en todas sus instancias. Los líderes políticos de base, supongo yo, son los líderes sociales dentro de sus comunidades. ¿O es que están separadas las dos categorías? ¿O, no es que los que son líderes en la urbanización, en el barrio, en el pueblo, a la larga, lo que están es tras la búsqueda de un cargo en un consejo comunal, en un concejo municipal, aspiran a ser alcaldes, diputados de legislativos regionales y Asamblea Nacional,  gobernadores y hasta presidentes?

¿Están completamente separados los unos de los otros o, por el contrario, terminan o deberían terminar fundiéndose en trabajo y en aspiraciones?

Es que incluso, si una persona que lidera en una comunidad no tiene aspiraciones políticas, se le hace imprescindible, si quiere tener éxito en sus objetivos, relacionarse con los líderes políticos. De lo contrario, a mi modo de ver, no es más que un Quijote más que no llegará muy lejos pues, el poder político lo anulará.

Ahora, en la explicación que pido, me gustaría que me aclaren si ser político es solo salir a pedir el voto de la gente para llegar a que lo pongan donde hay. No le pidan trabajo de liderazgo. No le exijan que salgan a la cabeza para protestar por el pésimo estado del país. No esperen que convoque a la gente para manifestar su protesta aireada. Ni se les ocurra aspirar a que se interese en enfrentar y buscarle solución a los problemas que nos aquejan. Todo eso es responsabilidad y culpa de los ciudadanos que no nos organizamos como sociedad.

¡Coño! ¿Pero ayudar a la organización de los ciudadanos como sociedad no es una función de los partidos y líderes políticos?

¿Cómo, para salir a pedir el voto de la gente, están tan organizaditos? Para eso sí tienen gente en todos lados que les organizan las giras y las visitas casa por casa para abrazar viejitas y besar niños. Para eso sí hay líderes comunitarios y organizaciones de base que les arman el tinglado y les montan el templete.

Yo solo pido una explicación que me diga claramente que no espere que un líder político, sea concejal, alcalde, diputado, gobernador o presidente salga a dar la cara y a protestar para que tu tengas una mejor calidad de vida. Ellos no están para eso. Eso es culpa y responsabilidad tuya y solo tuya. Organízate y no cuentes con políticos para eso.

Una vez que me digan, por todo el cañón, esa verdad que se esconde tras el “Eso no es responsabilidad solo de los políticos” ya yo tomaré la decisión de no ir ni una sola vez más a calarme horas eternas a la intemperie, con sol y lluvia, para votar por nadie.

Me quedaré en mi casa, viendo televisión y escribiendo pendejadas o jugando en la computadora porque,  mi dedo meñique pintado de morado como orgullosa muestra de que ejercí mi voto, para que solo sirva para que algún político llegue al cargo que quiera, que lo pongan donde “haiga”, sin que yo le pueda exigir a cambio que me cumpla porque eso es “mi responsabilidad”, no lo volvería a tener más.

“Por estas calles” – “A mi hermano lo mataron” – ‎#FuerzaOneChot

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Esta historia puede escribirse de atrás para adelante o de adelante para atrás. Puede empezar en 1992 con “Por estas calles”, la telenovela de RCTV original de Ibsen Martínez, que nos retrataba descarnadamente como país perfectamente resumida en la canción de Yordano, pasar por el video del presidente con el niño de dos años que en cadena nacional desnuda con dos frases una realidad

@Taru_Small: Aquí una imagen para la reflexión sobre el caso de #OneChot (Tomado del Twitter)

del país cuando dice (A mi hermano) “Lo mataron” y más adelante agrega: (Mi mamá) “No tiene casa” y terminar con la tragedia vivida por OneChot al ser víctima de un asalto.

Pero el orden puede ser inverso. Al final, el resultado va a ser el mismo: Una historia de violencia, dolor, impunidad, impotencia… ¿Resignación?

Hoy nos despertamos con la terrible noticia de que el creador Juan David Chacón, “OneChot”, se encuentra recluido en el área de cuidados intensivos de una clínica luego de que en la madrugada recibiera un disparo en la cabeza para robarlo.  La noticia rodó velozmente por las redes sociales y llegó a ser “trending topic” mundial en pocas horas. El país y el mundo se conmocionaron con lo sucedido. Su video “Rotten Town” con una importante carga de violencia pareció convertirse en una premonición.

Mientras tanto,  en los medios oficialistas pasan el 27 y 28 de febrero recordando los terribles sucesos del Caracazo. Programa tras programa se dedican a mostrar las violentas escenas de la locura que durante dos días invadió a la capital del país cuando la gente en una especie de arrebato colectivo se lanzó a las calles a saquear, robar, en un desenfreno nunca antes conocido y los medios policiales del Estado a reprimir de manera implacable y violenta, dejando como saldo innumerables muertos y heridos que al día de hoy claman por justicia, y cuantiosas pérdidas económicas para todos los sectores del país.

Todo lo que se ve en la pantalla oficial solo tiende de manera indirecta, algunas veces, y completamente explícita, en otras, a tratar de justificar el robo, el saqueo y la violencia, amparados en el hambruna que vivían los sectores más desposeídos del país. Es el discurso que hemos venido escuchando desde los altos estratos del poder desde hace 13 años. Abiertamente o entrelíneas nos dicen: “Si tienes hambre, roba”.

Allí vi a una Vanessa Davies que se ponía las manos en la cara para con gran dolor decir que lo del “Caracazo” son recuerdos que no quiere recordar. Y a un Mario Silva escandalizado porque a un compañero de trabajo suyo lo botaron porque se robó en ese entonces 20 kilos de carne y los escondió en el sótano del edificio de su lugar de labores.

Pero por ningún lado vi que se pusieran las manos en la cabeza en muestra de horror por la terrible historia del niño de dos años que desencaja por completo al presidente cuando le dice que a su hermano “lo mataron”. Para esos medios parece que no existió la historia. Chávez tartamudeó, perdió el hilo de lo que decía, evidentemente estaba en shock por lo que acababa de escuchar de la inocente boca infantil que comentaba que a su hermano lo mataron con la misma naturalidad que podría contar que se acababa de comer un caramelo.

Chávez trata de recomponerse. Sabe que está en cadena nacional y como buen showman, animando un evento electorero, debe cumplir a cabalidad la manida frase “El show debe continuar”. Endereza el capote y sale del trance, pero al país le quedo clavada en el alma la imagen de la criatura, que, no conforme, mas adelante complementa diciendo que su mamá «no tiene casa».

Esto conmovió al país. Bueno, a parte del país porque para los medios oficiales la “anécdota” no sucedió. Como no sucedió el disparo dado en la cabeza  a “OneChot” para robarlo. Para estos medios solo existe por estos días el “Caracazo” y el cáncer de Chávez.

A la enfermedad del presidente le han dedicado incontables horas de programación, incluyendo cadenas de medios, y shows montados muy por el estilo del visto en televisión hace poco cuando murió el dictador Coreano. La despedida de Chávez para someterse a operación de la lesión en Cuba fue la única noticia importante para los medios del Estado.

Sin duda, el cáncer del presidente puede ser muy lamentable para muchos, pero ese es un hecho “natural”, inevitable. Es una enfermedad que debe ser tratada, nada más. La muerte del hermano del niño del video, el disparo en la cabeza del artista, el niño que asustado por disparos corre a esconderse en su rancho y allí, aterrorizado, lo alcanza una bala y lo mata, eso, no es “natural” aunque de tanto vivirlo pareciera serlo. Eso es responsabilidad del Estado. Un Estado que, al decir de algunos, propicia, alcahuetea y aúpa la violencia porque un pueblo sometido por el miedo es mucho más difícil que reaccione a la realidad que lo abate y más fácil de controlar.

La violencia se nos ha hecho tan cotidiana que ya deja de ser noticia. Los medios no se dan abasto para detallar los casos, los ciudadanos que mueren terminan siendo solo un guarismo que engrosa una cifra semanal. 50, 75, 83 muertes el fin de semana son los titulares habituales. Ya las víctimas de la violencia no tienen nombre, se hace imposible nombrarlas. Solo cuando sucede a alguien como al  cantante de reggae, a un personaje público o cuando la violencia del hecho traspasa los límites del realismo mágico o de lo real maravilloso, un caso particular es destacado.

En estos 20 años transcurridos desde que la telenovela “Por estas calles” nos diera una bofetada como país al mostrarnos la realidad de los barrios y de la pobreza en Venezuela, lo único que ha cambiado es el número de víctimas al mes que aumenta sin parar, el nivel de la agresividad con la que se acometen los hechos delictivos, la edad de quienes ejecutan los asesinatos y robos que cada vez son menores. Entonces, veo el video de OneChot, escucho la canción de Yordano que cada día tiene más vigencia y lo único que puedo hacer es mirar al cielo, rezar porque los míos lleguen salvos a casa cada tarde e implorar porque, algún día, algo pase…

El grito de 3.059.024 ciudadanos…

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En un principio, este video se realizó como una celebración por las elecciones Primarias que se hicieron en Venezuela el 12 de febrero de 2012 y de donde salió electo Henrique Capriles Radonski para enfrentar por la oposición al régimen de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales del 07 de octubre.

También pretendía ser un homenaje al estudiante que fuera arrollado en Aragua durante las manifestaciones contra la pretensión del régimen de, con estratagemas judiciales, ponerle la mano a los cuadernos de votación, donde estaban registrados los nombres y números de cédula de identidad de los más de 3 millones de personas que acudimos a los comicios primarios.

Ya en nuestro país tenemos una larga historia de discriminación y segregación de ciudadanos que se han atrevido a manifestar su opinión en diversas oportunidades y cuyos nombres pasaron a formar parte de las llamadas «Lista Tascón» y «Lista Maisanta». Razón por la cual en esta oportunidad, para defender el anonimato que quienes ejercimos el derecho al voto, los organizadores prometieron quemar los cuadernos, acto que el presidente cataloga como fascista, cuando lo que pretende es defender el secreto del voto y evitar la conformación de una nueva lista que discrimine a los venezolanos. Acto que sí es inconstitucional y que en las oportunidades anteriores se hizo bajo la mirada complaciente del mandatario, según se evidencia en la carta que aparece en la foto.

Pues bien. Como en Venezuela el derecho a informar y ser informado se encuentra tan disminuido pasaron más de 24 horas durante las cuales teníamos entendido que el arrollado por la grúa de la policía de Aragua era Arnaldo Espinoza, supuestamente estudiante de la UCV, y así lo tenía entendido yo al momento de realizar y publicar el video.

Resultó que a los pocos minutos de publicado «El grito…» me enteré que el fallecido se llamaba JULIO CÉSAR MACÍAS de 42 años y estudiante de la Univerisdad Bolivariana.

Cosas que pasan cuando en un país no hay acceso a la información y los medios se cuidan al extremo de mostrar imágenes y difundir informaciones que puedan ser catalogadas como «incitadoras a rebelión» o a la violencia.

Por este motivo, suprimí los titulos que hablaban del fallecido pues el nombre estaba errado. Sin embargo, sigue en pie el homenaje a la víctima y, aunque digan que no tiene que ver su muerte con la revuelta por los cuadernos de votación, de no haberse producido el abuso del régimen, no habrían tenido que proteger el anonimato de los votantes y esa muerte podría haberse evitado.

Que en paz descanse JULIO CÉSAR MACÍAS

Dos canciones, una verdad

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En estos días en que Catia se ha alzado en contra de los desalojos y expropiaciones del régimen de Chávez -¡Catia! No La Lagunita, ni Altamira, ni El Marqués. Catia, la de escasos recursos y populosa que se lanzó a la calle a defender lo que es suyo por trabajo y esfuerzo propio-, entro a youtube y me consigo un video montado con una canción de Alí Primera:

Yo vengo de donde usted no ha ido

Lo veo y lo escucho con detenimiento. En él se habla de cómo a a los turistas que llegan a Venezuela le muestran la parte bonita del país y acompañan la canción con imágenes de esos extranjeros defensores a ultranza del Socialismo del Siglo XXI del presidente venezolano a quienes los trae el régimen, los hospeda en hoteles cinco estrellas, los pasea, les muestra lo que les conviene que vean y de vuelta a Maiquetía para salir a dispersar por el mundo la «buena nueva» de la revolución bolivariana. 

Yo vengo de donde usted no ha ido
yo he visto las cosas que no ha visto
en mi Patria al turista
se le agrada la vista
con las cosas bonitas
la Venezuela rica
pero a los cerros
donde se rumia la miseria
y se aleja la esperanza
nadie los lleva
les esconden con vergüenza
a la otra Venezuela
la Venezuela del pobre
la Venezuela sin razón
sin razón para que exista
pero que existe señor

La verdad de Venezuela
no se ve en el Country club
la verdad se ve en los cerros
con su gente y su inquietud
venga, lo llevaré de la mano
allí vera a los niños
a esos niños terrosos
que son niños venezolanos
venga, antes de que usted se vaya
subiremos a los cerros
luego diremos con rabia
que está sufriendo mi pueblo

(recitado)
«Venezuela fue tuya, recupérala»

Yo vengo de donde usted no ha ido
yo he visto las cosas que no ha visto

Yo he visto a los hombres
de los que se dicen
«y que» tienen libertad
mas cuando busco
la verdad de lo dicho
concluyo diciendo
que tienen, que tienen libertad
libertad para sufrir

Oigo y veo el video y pienso en los habitantes de Catia que están peleando por lo suyo y, video y lucha, me devuelven 20 años. A 1991 en La Habana, conociendo el socialismo de la isla, comprobando que en una casa viven hasta cinco familias porque la revolución las expropió y, sin siquiera adecuarlas, metió en esas mansiones de los ricos exiliados a varias familias. Pero en Catia no son mansiones y los expropiados no son precisamente ricos. Más bien, ellos forman parte hasta cierto punto de esas cosas que no se le muestran a los turistas, la parte pobre de Venezuela que luego de 14 años de «proceso» sigue siendo tanto o más pobre que antes. Ellos no creo que estén dispuestos a que los hacinen de a cinco familia por casa. Por lo que se ve,  están dispuestos a pelear con uñas y dientes por lo que es suyo por derecho.

En todo esto pienso mientras veo el video con la canción de Alí Primera y salta a mi mente:

TROPICOLLAGE

La canción de Carlos Varela que conocí en mi viaje a Cuba y que con un ritmo más tropical y con diferentes imágenes nos cuenta, en el fondo, lo mismo que la del «Cantor del pueblo». Oigo las canciones y recuerdo cuando Raul Castro dijo que Venezuela y Cuba eran lo mismo y se me eriza la piel al recordar lo visto y vivido en La Habana. 

Se fue en Habanautos

rumbo hasta Varadero

apanado en la arena

fumándose un Habano,

se tiró algunas fotos

recostado a una palma.

Volvió al Habana Libre

alquiló un Turistaxi

para ir a Tropicana

después al aeropuerto y

así se fue creyendo

que conoció La Habana.

Ese tipo pagó la cuenta

que me estaba sacando,

pero en la polaroid

y en su cabeza lleva

tropicollage, collage, collage…

No fue a la Habana Vieja

no conoció los barrios

de obreros y creyentes.

No se tiró unas fotos

sobre los arrecifes

donde hay un mar de gente.

No vió a los constructores

ladrillo y aguardiente

cementando el futuro.

No tropezó en la calle

con uno de esos tipos

que dan cinco por uno.

Eso también es mi país

y no puedo olvidarlo

y el que quiera negarlo

en su cabeza lleva tropicollage,

collage, collage…

Tropicollage, tropicollage,

collage, collage…

Y a los refutadores

que me están escuchando

piensen en lo que digo

yo sé que la divisa

hace la economía

como hace al pan el trigo.

Pero lo que no entiendo

es que por el dinero

confundan a la gente

si vas a los hoteles

por no ser extranjero

te tratan diferente.

Eso ya está pasando aquí

y yo quiero cambiarlo

cómo no, y el que quiera negarlo

en su cabeza lleva tropicollage.

collage, collage…

Tropicollage, collage,

tropicollage, collage…

Quieren llevarse a mi país

en una bolsa de Cubalse

de esas que dicen en inglés

que se compra fácil

esta ciudad no cabe en una foto

de almanaque de París.

La gente está inventando antenas

para ver Canal del Sol,

es que a tropicollage

le gusta salir en la televisión.

“Easy shopping”, tropicollage…

“Easy shopping”, tropicollage… 

Pienso en Alí Primera, con cuya música crecí, y me convenzo que, si viviera, sus canciones en la actualidad tendrían la misma composición y significado pues los motivos que las inspiraron están tan vigentes como cuando las compuso, a pesar de lo que sus hijos y viuda puedan decir. Yo prefiero pensar que Alí estaría de este lado de la acera, siempre en la lucha por la justicia y la igualdad,siempre cantando para denunciar el estado de las cosas.

Vuelvo a escuchar las dos canciones, diferentes ritmos, diferentes voces, una misma verdad… y escribo estas líneas.

#TwitterBlackOut mi TL sí estuvo apagado por 24 horas

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Reporteros sin fronteras califica de inaceptable los argumentación de twitter para censurar

Reporteros sin fronteras califica de "inaceptable" la argumentación de twitter para censurar

La protesta convocada para el sábado 28 de enero en respuesta al anuncio de que Twitter censurará tweets en algunos países donde estos puedan ser considerados ofensivos o ir en contra de la legislación vigente fue acatada parcialmente.

Si, parcialmente. Inmediatamente, salieron quienes no estaban de acuerdo con la convocatoria a esgrimir sus argumentos en contra. Algunos decían que era

La bloguera cubana, Yoani Sánchez también se sumó al #TwitterBlackOut

preferible tener un twitter censurado que no tenerlo en absoluto. Otros que era absurdo protestar contra la censura, cesurándose. O que los ciudadanos de países con regímenes autoritarios serían los que más perderían. No obstante, la bloquera cubana Yoani Sánchez anunció su apoyo a la medida de protesta. Y el presidente de la Asociación de Internautas dijo que “en Twitter parece que se aplican a sí mismos la ley Sinde«,  el artista disidente chino Ai Weiwei quien dijo: “Si Twitter censura, dejaré de “tuitear”. También el bloguero egipcio, Wael Abbas se pronunció recordándole a Twitter que «todos nuestros tweets están violando la ley».

En fin que las excusas para no sumarse a la protesta fueron variada, cada quien fue justificando su no acatamiento a la protesta y haciendo presencia en la red social de los 140 caracteres.

Yo, como vivo en un país donde las protestas desde hace 14 años tienen pocos o casi ningún resultado, precisamente porque siempre sale alguien que no está de acuerdo con lo que sucede pero tampoco lo está con el tipo de protesta que se proponga, acaté la medida y, resistiendo y venciendo el síndrome de abstinencia cumplí con mi Black Out. Ni un solo tweet salió ese día de mis dedos. Me volqué desesperadamente al facebook como el fumador que quiere dejar el vicio y se aferra al caramelo. Tomé agua, respiré profundo, caminé en circulos pero vencí la debilidad y no dije ni pío en la red del microblogging.

Lo cumplí, principalmente, porque me parece que cuando se trata de protestar por algo que no nos gusta o nos amenaza debemos hacerlo sin ponerse a

buscarle «peros» a la forma de protesta. Así lo he hecho desde siempre. Cuando llamaban a «cacerolear» desde las casas, me paraba en el balcón a darle al fondo de la olla hasta abollarla sin importarme ser el único en varias cuadras a la redonda que lo hacía. Llamaban a una marcha y allí estaba yo sin importar la hora y el calor sofocante de Maracaibo -llegué a mantener en el carro el kit de marcha: bandana, pito, bandera, y en cuanta manifestación encontraba me paraba y me sumaba-. Cuando llamaron a cerrar los negocios, mi tienda no subía la santamaría…

¿Qué pasa cuando convocan a una protesta y la gente afectada se divide entre los que la acatan y los que no?

Que la gente, acciones, organismos o instituciones contra los que se protesta se dan cuenta de que la división los favorece y llega a no importales que se proteste porque siempre habrá personas a las qué llegar. Entonces el poder ciudadano se diluye, se minimiza.

Si decimos: no compremos más esta marca porque no cumple con los requisitos de calidad o vamos a dejar de ver por 24 horas tal canal de televisión en protesta por su programación y salen individuos que son afectados por la marca o por la cadena de tv y, con la excusa de que no les gusta esa protesta, compran la marca o ponen el canal, los propietarios dirán:

-¿Qué me importa que unos cuantos no me vean o no compren si siempre habrá quienes sí, aunque no les guste?

Y tendrán razón con lo cual ellos se harán más poderosos, sus faltas quedarán impunes y los ciudadanos o usuarios cada vez más desvalidos y las protestas cada vez más vacías y sin sentido. Igual sucede con los gobiernos, como el venezolano al que las protestas le resbalan y siempre termina volteando la tortilla a su favor, la subvalora, banaliza y, por supuesto, no las atiende.

Cuando los ciudadanos nos unimos en una protesta, hacemos sentir que tenemos aunque sea un poco de poder y a quienes les protestamos les podría importar y afectar, tomando alguna medida al respecto. Pero si la protesta se hace aisladamente, parcelada o por pequeños grupos, y algunos incluso salen a hacerle el favor al protestado de desmerecer de antemano la actividad, todo seguirá como está y nada mejorará.

Sí creo que es mejor un twitter a medias que nada de twitter pero, si puedo

Al pájaro ya le han hecho una jaula

hacer sentir mi voz para tratar de mantener un twitter completo y sin mordaza, lo haré.
Si se consigue el objetivo, tendremos un twitter completamente libre, si no, pues habrá que buscar la forma de sortear la censura y de decir lo que queremos, aunque sea como lo hacen los cubanos que tuitean a ciegas a través de mensajes de texto telefónicos o bloguean por medio de interpuestas personas en el exterior por las limitaciones que tienen. Siempre se conseguirá la manera de evadir la censura, pero mientras se pueda pelear por mantener a twitter libre de censura, creo que es nuestro deber hacerlo.

Habría que darle de nuevo sentido a la consigna «En la unión está la fuerza» que, de tan manida y mal utilizada se ha prostituido y parece que ya no nos dice nada, palabras huecas…

Febrero de Ayunos

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Corazón de Estudiante. Video sobre #operaciónlibertad en Maracaibo

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Este es un video que realicé como un homenaje y agradecimiento a ese grupo de casi 100 jóvenes venezolanos que se encuentran en huelga de hambre por la libertad de los presos políticos y el respeto a los Derechos Humanos. Las imágenes corresponden al grupo de ocho muchachos que desde el 14 de febrero se encuentran apostados en la concha acústica de la plaza República de Maracaibo en un largo ayuno hasta lograr que sus reclamos sean atendidos.

Nota a las 2 de la tarde del 22 de febrero: Al final de la mañana los jóvenes decidieron levantar la huelga de hambre, pero mantener la lucha. Es decir, suspenden el ayuno pero permanecen en vigilia y protesta, decisión que considero sabia y oportuna porque ya mucho comenzaban a acusar serios problemas de salud debido al largo período sin ingerir alimentos. La lucha es larga y los muchachos no deben poner sus vidas en riesgo para poder continuarla.

Ocho días de ayuno en plaza República

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La imagen de La Chinita junto a un Cristo y a la foto de Franklin Brito acompañan a los huelguistas

El 20 de febrero, cuando ya me disponía a dejar a los amigos en huelga de hambre en la plaza República para venir a casa para escribir estas líneas, se me erizó la piel al escuchar a Hendrix Pirela decir:

-Cuando veo las manifestaciones de apoyo de la gente que se acerca a la plaza, cuando llegan personas ancianas que casi no pueden ni caminar y nos dan las gracias y nos aplauden por lo que estamos haciendo, se me quita el hambre. En esos momentos ya no pienso en galletas ni chocolates, sólo pienso en que la lucha tiene sentido, que estamos haciendo lo que debemos hacer y es gratificante saber que la sociedad está respondiendo a nuestro esfuerzo.

Es que la jornada del domingo en la concha acústica de la plaza estuvo marcada por las fuertes emociones y por los sentimientos encontrados tanto para los jóvenes que llevan más de 150 horas de ayuno por la libertad de los presos políticos, el respeto a los Derechos Humanos y en reclamo para que el gobierno permita la visita del Secretario General de la OEA al país, como para quienes nos acercamos para llevar alguno de los insumos o medicinas que necesitan o, simplemente, para brindarles nuestra palabra de apoyo, solidaridad y afecto a estos muchachos idealistas que han asumido una vía extrema como la huelga de hambre para presionar al régimen del Presidente Chávez y hacer que atiendan sus reclamos.

Jhovanny Mejías, uno de los ocho jóvenes en huelga de hambre, comentaba temprano en la tarde que no pudo contener el llanto cuando una anciana se acercó a la concha acústica para aplaudir a los huelguistas, darle sus bendiciones y llevarle una palabra de aliento.

-La señora casi no podía hablar –decía-. Se estaba recuperando de un ACV y tenía dificultades para caminar y de lenguaje, sin embargo, como pudo nos dio las gracias por lo que estamos haciendo y se soltó a llorar de emoción y sentimiento. Yo no me pude contener, las lágrimas se me  salían sin poder evitarlo.

Sacerdotes, familiares, amigos, y sociedad civil acuden a dar apoyo a los huelguistas

Los muchachos pensaron que por ser domingo no asistiría mucha gente a visitarlos pero, desde tempranas horas de la mañana, una sociedad que parecía sumida en la apatía les empezó a demostrar que su batalla no sólo tiene sentido, sino que se ha hecho sentir en la comunidad y que desde ya pueden considerar como un éxito de la protesta el haber logrado sacar a muchos del letargo y la indiferencia en los que parecían sumidos y los han movilizado para demostrarles que no están equivocados en sus reclamos.

Por allí pasaron ese domingo, como ha venido sucediendo con más frecuencia cada día desde el 14 de febrero cuando iniciaron la acción, sacerdotes, familias completas, jóvenes, ancianos, políticos, las novias, esposas, madres, tías y amigos de los huelguistas. Algunos se acercaban tímidamente, otros permanecían a la distancia pero la gran mayoría se les acercaba a los muchachos, los saludaba y los aplaudían. Algunos preguntaban qué necesitaban, hacían alguna pequeña lista con requerimientos y a los pocos minutos llegaban con lo solicitado.

Es que cuando uno ve por televisión o por prensa las informaciones de los diferentes puntos de protesta que están apostados a lo largo del país y que ya cuenta con 83 personas en ayuno, un número que promete incrementarse diariamente si el gobierno no atiende las exigencias, no se puede imaginar todo lo que hace falta para poder llevar a cabo una acción de tal magnitud. Allí se necesitan medicamentos, cada vez más a medida que pasan las horas sin ingerir alimentos, sueros orales, artículos de limpieza, bolsas para la basura, agua, cavas, vasos desechables, papel higiénico, toallines, servilletas, toda una serie de productos que, afortunadamente, la comunidad y algunos comercios de la zona se han encargado de proveer en muestra de solidaridad y apoyo.

Jorge Martínez, ganadero o “perdedero” de Machiques como él mismo expresara, con su esposa y su pequeña hija, fue una de las tantas personas que se acercaron a la plaza para acompañar a los huelguistas y llevarles su colaboración. Con voz quebrada, Martínez relató cómo

Jorge Martínez ganadero ("perdedero", dice él) de Machiques apoyando a los huelguistas

sus dos hijas mayores se fueron del país y se hicieron ciudadanas canadienses.

-Yo les enseñé a ellas a ser independientes y con valores y principios, como lo son ustedes y lamentablemente, ellas tuvieron que abandonar el país en busca de un mejor porvenir.

Aunque a Jorge Martínez no le han quitado sus tierras él sostiene que se sienten amenazados por el gobierno, que se sienten asfixiados.

-No hay derecho a que nos quiten con el ejército las tierras que venimos trabajando en mi familia por cuatro generaciones para destrozarlas. No se puede hacer justicia cometiendo injusticias y atropellando a los que trabajamos para tener lo que tenemos. Esta huelga de ustedes es una vía importante para protestar por lo que sucede en Venezuela porque la otra sería que nos estuviéramos matando. Por eso yo los aplaudo y los apoyo porque es una forma de hacer que el país salga de la gran apatía en que se encuentra porque muchos piensan que mientras no se metan con ellos directamente no tienen que hacer nada. Este es gobierno tiene un proyecto que no va a parar mientras nosotros no le pongamos un parado.

Angel Machado con su mamá, Zaira Ríos

A Zaira Ríos no tuve que preguntarle quien era pues sus ojos la delataron y al mirarla inmediatamente descubrí la mirada de Angel Machado, uno de los ocho jóvenes que el lunes 21 cumplen ocho días de ayuno en Maracaibo. Ella no puede evitar que sus ojos se tornen llorosos cuando habla de la batalla que está protagonizando su único hijo y no puede dejar de pensar en las consecuencias que para la salud de Angel tendrá este largo ayuno tomando en cuenta que el joven sufre de gastritis.

-¡Tengo sentimientos encontrados! –dice- Por un lado, siento un gran orgullo por la determinación de Angel y su convicción para luchar por lo que considera justo y, por el otro, me preocupa su salud y las secuelas que pueda dejar en su organismo esta huelga. Pero él siempre ha sido luchador y yo lo apoyo.

Zaira no puede disimular la indignación que siente con respecto al presidente Chávez, ella sostiene que él ha jugado con todo el país, con la economía, con la educación.

-Pareciera no tener sentimientos, lo que hace es inaudito. Y lo peor es que ha tenido todos los poderes en sus manos y no ha hecho nada, o mejor dicho, ha hecho lo que le da la gana. Su cinismo no tiene límites.

Bajo el toldo que protege a los visitantes del inclemente sol marabino, sentadas en unas sillas plásticas, encontré a Olga Josefina Cohén y a Yolanda Yancen, madre y tía del huelguista Roberto Vílchez, preocupadas por la salud del joven

Roberto Vílchez con su mamá, Olga Cohen, y su tía, Yolanda Yancen

pero convencidas de que esta es una lucha justa y orgullosas de Roberto, el mayor de los tres hijos de Olga.

-Yo lo apoyo hasta el final, pero no deja de ser difícil. Cuando nos sentamos en la casa a comer me acuerdo de Roberto y de sus compañeros que ya tienen tantas horas de ayuno… Hay que apoyarlos, que la gente venga, que no los dejen solos.

“¡Qué no le diría yo al presidente Chávez si tuviera la oportunidad de enviarle un mensaje!, dice Olga, que gracias a él el país está como está y los muchachos están en esta lucha”.

Y su tía Yolanda dice que le pediría al presidente que dé su brazo a torcer, que escuche y atienda a los muchachos.

Ambas mujeres aseguran que se sienten satisfecha con el respaldo que la gente les está dando a los jóvenes.

-El pueblo ha respondido y se le agradece el apoyo. Hay gente que se ve que no tiene recursos, que pasan necesidades y, sin embargo, vienen con su colaboración, pasan un rato, los alientan. El pueblo está respondiendo.

Conversando con Rosligbel Quero, la esposa de Hendrix Pirela, el joven que recientemente se unió a la protesta, me entero que tienen unas hijas gemelas de cinco años y que ella misma ha estado tentada a sumarse al ayuno porque le parece injusto que en Venezuela la gente que como ella ha hecho sacrificios para estudiar y superarse cada día vea mermada la calidad de vida.

Hendrix Pirela y su esposa Rosligbel Quero

-Yo trabajo en un supermercado y me indigna tener racionada la cantidad de alimentos que puedo comprar. Cuando llega el arroz, la leche o el aceite, no puedo comprar la cantidad que quiero o que considero necesaria para mi familia. No es justo que yo que estudié con tanto sacrificio, que trabajaba para costearme los estudios ahora no pueda ni siquiera comprar lo que quiero porque, si no es que escasea y no lo consigo, tengo un límite en la cantidad.

Lo irónico de la historia de Rosligbel es que es hija de un diputado suplente a la Asamblea Nacional por el partido oficialista PSUV y, sin embargo, ella y su esposo Hendrix son activistas y luchadores por la oposición.

-Cuando mi papá salió electo, yo le dije que me alegraba mucho por él y por su superación personal pero que no me pidiera que lo apoyara o lo acompañara en sus actividades políticas porque yo no estoy de acuerdo con este gobierno y no pienso ir en contra de mis principios y mis convicciones. Es difícil porque nosotros somos él y yo en la familia, no hay más nadie, pero no puedo apoyar un proceso en el que no creo.

Pasar por la concha acústica de la plaza República en estos días es conseguirse con un arcoíris de historias, con una pléyade de sentimientos que reflejan lo que es la Venezuela contemporánea, un país que cuenta con una juventud de convicciones firmes como los ocho muchachos que ya se acercan a las 200 horas sin consumir alimentos y que sin embargo mantienen el ánimo en alto y agradecen el más pequeño gesto de solidaridad que se les pueda dar.

Ese pequeño espacio público poco a poco ha ido cambiando su fisonomía, ha adquirido una nueva connotación preñada de sentimientos de justicia y libertad. Los muchachos tienen junto a la imagen de un Cristo llevado por el Padre Palmar y una estampa de la virgen Chinita donada por una devota de la patrona del Zulia, las fotos de Franklin Brito, el agricultor que entregó su vida en una protesta similar a la de los jóvenes, reclamando justicia con una elocuenta leyenda que dice: «¡¡Venezuela nos necesita!!.

Es verdad que sus rostros ya acusan las largas horas sin comer y las largas noches de mal dormir a la intemperie, pero ellos siguen firmes en su protesta y sus ojos recobran vida y expresión con cada gesto de apoyo de quienes los visitan y se llenan de orgullo cuando los visitantes les dan las gracias por esa lucha que están desarrollando por un futuro justo, digno y con oportunidades para todos.

8 del Zulia por la libertad y los Derechos Humanos de Venezuela

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Jovenes en huelga de hambre desde el 14 de febrero en la plaza República de Maracaibo

En la Plaza República de la ciudad de Maracaibo, en el estado Zulia, para el momento en que escribo estas líneas, ya suman más 100 horas de ayuno las que llevan siete jóvenes (ocho con un nuevo integrante que se unió el 18 de febrero en la tarde) apostados en colchonetas día y noche, a la intemperie, guarecidos sólo por su afán de luchar por un país más justo y libre y con la ayuda que algunos incondicionales les prestan para que su batalla sea más llevadera.
Ni el enjambre de abejas que en la madrugada del lunes los mantuvo en vela, ni la presencia amenazante de algunos huelepega que pululan por los alrededores de la plaza en las noches (esos niños de la calle que testimonian uno de los tantos fracasos y promesas incumplidas del socialismo del Siglo XXI y del presidente Chávez), ni la indolencia de 2 muchachas que se sentaron a deleitarse con par de pizzas, justo al lado de donde se encuentran los jóvenes decididos a no probar bocado hasta que sus exigencias se vean satisfechas, ni la, afortunadamente, pequeña llovizna que cayó durante la segunda noche de ayuno, ni las altas temperaturas de Maracaibo que, a mediodía pueden fácilmente llegar a los 40 grados centígrados y que mitigan con algunos ventiladores, han logrado que estos muchachos desistan de su acción de protesta. Su determinación y convicción de que luchan por algo que consideran justo y necesario es absolutamente firme.
Allí están y allí continuarán hasta que sus demandas sean atendidas sin detenerse, aunque las infelices declaraciones del Canciller Chadderton pretendan minimizar su esfuerzo. Cuentan con su convicción y con

Desiree Barboza, Yenny Chacín y Jessica Iriarte, tres miembros del equipo de apoyo logístico a los huelguistas.

la ayuda y apoyo de algunas personas que, aunque no participan del ayuno, los acompañan día y noche, les suministran y administran los sueros orales que son el único sustento que reciben, les proporcionan los medicamentos, limpian el lugar y se encargan de recibir los donativos que la comunidad les lleva en solidaridad.
El grupo de voluntarios que dan apoyo logístico a la huelga está conformado por 10 jóvenes que comulgan enteramente con los objetivos que persiguen los huelguistas. Desiree Barboza y Jessica Iriarte, en cuyos rostros se ven las huellas del cansancio y la falta de sueño pero que en su corazón albergan un gran amor por el país y una profunda solidaridad con los 8 chicos que han decidido poner su vida como bandera para que Venezuela se convierta en el país de libertad y justicia en el que aspiran vivir, son dos dignas representantes de esos 10 voluntarios que permanecen en pie de lucha.
Desiree Barboza es una abogada de 24 años, Responsable Regional de Voluntad Popular y miembro de Generación Libre. Ella sostiene que “La huelga de hambre es una protesta pacífica y radical, pero necesaria”.
-En Venezuela, desde hace unos años se viene desarrollando una violación flagrante de los Derechos Humanos –acota Desiree- y este es uno de los principales motivos por los que los muchachos llevan ya más 100 horas en huelga de hambre.
Afirma la joven abogada que “no podemos permitir que siendo miembros de la OEA y habiendo firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, hoy por hoy, no hagamos nada para defenderlos. En Venezuela se necesita dignificar y humanizar el sistema penitenciario, esta es una de las peticiones que se le hace al Gobierno Nacional. Otra petición es la liberación de los presos políticos y la tercera petición, no menos importante, es que el gobierno permita la entrada de Insulza a Venezuela para que evalúe todos los casos de violación de DDHH que existen en el país”.

-Los jóvenes Venezolanos defendemos y defenderemos siempre nuestro país, queremos un país renovado, un país lleno de principios, de valores, un país donde todos los Derechos sean para todas las personas.
Jessica Iriarte es otra de las integrantes del grupo de apoyo logístico en la plaza República, es Ingeniero en Petróleo y responsable regional de redes ecológicas de Voluntad Popular.

-Hoy, los valientes estudiantes en huelga de hambre por la liberación de los presos políticos de Venezuela siguen convencidos de esta lucha y lo que significa para el país y la libertad. Nosotros, quienes los acompañamos, seguimos de pie y sin descanso con fuerza y fe –Dice Jessica-.
La joven ingeniero hace un llamado para que apoyen a los huelguistas colaborando con algunos requerimientos como agua, suero, protector gástrico. “Pero lo más importante que se solicita es que la ciudadanía los acompañe, -enfatiza- que esté acá con ellos, que los visiten y les den palabras de aliento. Estamos preocupados por el bienestar de los jóvenes que están arriesgando su salud por su convicción en la libertad y en los derechos humanos. Le pedimos a la comunidad internacional que no pierda de vista este caso, que no se deje engañar, los Derechos Humanos en Venezuela están siendo violentados y es por eso que exigimos que se revise esta situación”.

Muchos en Maracaibo desconocen la huelga de hambre

No permitamos que estos jóvenes se conviertan en otro Franklin Brito, es fundamental que no se sientan solos, apoyémoslos, visitémoslos y salgamos a defender esta lucha por la libertad que es de todos.
A pesar de que los muchachos se encuentran apostados en una zona bastante transitada de la ciudad, es asombroso y demoledor comprobar que son muchos los que aún no se han enterado que estos jóvenes están allí poniendo en riesgo sus vidas por una lucha que nos beneficia a todos y que debería comprometernos a todos. Así lo pude comprobar cuando, pasadas 70 horas de huelga en la plaza República, llegué a comprar dos bolsas de hielo para mantener frío el suero que ingieren los huelguistas y, aunque la licorería queda a escaza cuadra y media del lugar, ninguno de los que allí estaban tenía conocimiento de lo que está sucediendo desde las dos de la tarde del lunes 14 de febrero, en sus propias narices.
También es triste ver cómo quienes sí están en conocimiento de la batalla que desarrollan los jóvenes huelguistas y que dicen estar en contra de los abusos y atropellos del gobierno, no han sido capaces de ir, aunque sea por un rato durante el día, a llevarles una palabra de aliento a los chicos y unos minutos de solidaria compañía. Pero, bueno, así es el país, nos vivimos quejando pero parece que no somos capaces de hacer el más mínimo esfuerzo y mucho menos sacrificio para hacer que las cosas cambien.
Pero, este artículo no quiere ser un rosario de lamentaciones por las cosas que no son cómo deberían ser. Por el contrario, este es un homenaje a estos jóvenes que sí han tomado la iniciativa de pelear por lo que creen.
Alrededor de 70 jóvenes en 10 estados de Venezuela (Caracas, Zulia, Carabobo, Táchira, Falcón, Anzoátegui, Bolívar, Mérida, Delta Amacuro y Lara) se ha declarado en Huelga de Hambre como una forma

Uno de los 70 jóvenes que están en Huelga de hambre en Venezuela (Foto tomada de @Sandrasac en Twitter)

de protestar por las deficiencias que en materia de Derechos Humanos se vive en el país, por la dignificación de las cárceles cuyas condiciones de insalubridad, hacinamiento e inseguridad se profundizan cada día convirtiéndolas en depósitos de seres humanos sin ninguna garantía para quienes allí se encuentran recluidos y en donde ascienden a cientos las muertes anuales por violencia en los recintos penitenciarios. Además, la huelga de hambre de los muchachos busca presionar para que el gobierno permita la entrada al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que constaten el estatus de esos derechos en el país y para que se dé una amnistía general que libere a todos los presos políticos que mantiene el régimen del presidente Chávez privados de libertad con juicios que presentan claros visos de irregularidad, amén de lo interminables de los procesos.
Algunas personas, entre las que me cuento, consideran que con un régimen indolente cómo el que nos somete en estos momentos en Venezuela, la vía de la huelga de hambre para protestar puede constituir un acto suicida. Para la muestra tenemos el caso del agricultor Franklin Brito quien murió hace meses en un ayuno para protestar por lo que consideraba injusto y de quien hoy apenas se habla y el gobierno no ha demostrado la más mínima sensibilidad por su injusta muerte.
No obstante, son cerca de 70 los huelguistas en el país y parece que el número seguirá incrementándose y, sin duda, merecen respeto, solidaridad y apoyo de todos los que no estamos conformes con lo que sucede en Venezuela. ¿Qué la vía es equivocada porque al régimen no le importa la vida de estos ciudadanos que ponen su cuerpo en riesgo por sus ideales? Tal vez, pero lo que sí sería imperdonable es que los dejemos solos y que su lucha se vuelva una quimera. Y para que la batalla no se diluya es indispensable la presencia y apoyo de los medios de comunicación, de los partidos políticos democráticos y, principalmente, de la sociedad civil.

Los ocho del Zulia

En el grupo de ocho jóvenes del Zulia que decidieron no ingerir alimentos hasta que sus demandas sean satisfechas, se encuentra una muchacha de 20 años de edad. dirigente estudiantil del Movimiento EZU (Estudiantes Zulianos Unidos) y Estudiante del 9no trimestre de Derecho en URBE y 4to año de Odontología en LUZ.

Luisa María Araujo

Ella es Luisa María Araujo Angulo y explica qué la llevó a sumarse a grupo de huelguistas de la plaza República:
– Conocía la situación de los huelguistas de Caracas, estaba muy pendiente pues tengo amigos que están luchando por esta causa y me llenaba de impotencia ver que tenían tantos días en eso y el gobierno como si nada. Posteriormente me enteré que un grupo de 6 jóvenes en Maracaibo se unieron a la lucha instalándose en la Plaza República y declarándose en huelga de hambre. 24 horas después, me integré a la huelga. Claramente y como estudiante de Derecho conozco la realidad del sistema de Justicia o Jurisdiccional de nuestro país, aunque en las aulas de clases sólo nos enseñen el «deber ser», vemos notoriamente como se violentan nuestras leyes, los Derechos Humanos, el debido proceso (en especial de personas que no comparten la misma visión del gobierno nacional) y en consecuencia, no existe un estado de derecho justo. Son estas las razones que me motivaron a hacer algo más que quejarme y activarme, tomando la decisión de unirme a esta huelga de hambre. Creo que la juventud debe sentirse llamada a unirse a esta gran lucha. No hagan la vista gorda a esta situación porque es nuestro país.

Angel Machado

Otro joven abogado que decidió no ingerir alimentos es Angel Machado de 24 años, graduado en La Universidad del Zulia. El es responsable regional de las redes populares del partido Voluntad Popular y miembro de Generación Libre.
Angel resume en tres puntos los objetivos de la protesta:

“Primero, la liberación e incorporación inmediata de los tres diputados electos que se encuentran privados de su libertad: Freddy Curupe, Biagio Pilieri y, muy especialmente, José Sánchez, «Mazuco», que es víctima de la justicia roja que reina en Venezuela. A él le violentaron sus Derechos Humanos y el derecho a un debido proceso. Hoy esta cumpliendo una condena de 19 años gracias a un testigo encapuchado, un testigo que no fue capaz de darle la cara, no sólo a los familiares de «Mazuco» sino que además no fue capaz de darle la cara a los más de 91.182 ciudadanos que eligierion a «Mazuco» como Diputado el pasado 26 de septiembre.

– Nuestro segundo objetivo claro dentro de esta huelga de hambre –agrega Angel- es lograr la humanización y dignificación de las cárceles venezolanas. No es posible que nuestros reos hoy estén viviendo en las condiciones infrahumanas en las que se encuentran. En nuestras cárceles, día a día, se violentan los derechos humanos de cada uno de los reos.

Finaliza Angel diciendo que el tercer objetivo de la huelga de hambre es solicitar la presencia del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza dentro en Venezuela. Ya basta de pronunciamientos desde su sede en Washington, basta de promesas, basta de excusas, exigimos la presencia de Insulza, para que pueda comprobar la situación de Derechos Humanos y la situación irregular que está sucediendo con los diputados en el país.

Miguel Briceño

El Presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Políticas de la universidad del Zulia, Miguel Briceño, de 22 años es otro de los muchachos que desde el 14 de febrero se encuentra en huelga de hambre en la plaza República. El afirma que lo que lo llevó a sumarse a esta acción de protesta ha sido la defensa de los derechos humanos en Venezuela.
-Aquí vemos casos como los de los perseguidos y presos políticos que no se pueden seguir tolerando y también queremos con esta lucha lograr la humanización y dignificación de las cárceles venezolanas donde duermen en condiciones infrahumanas más de 11 reos en una misma celda, sufren de enfermedades, no hay un programa de reinserción a la sociedad. Es esa la lucha, por Venezuela, la democracia y la libertad en un país que es de todos y donde no debería haber distingo de colores ni de pensamiento. Lucho por un futuro mejor para nuestros hijos, nuestros nietos, el futuro de una Venezuela libre y de todos los Venezolanos.

Arlen Barrera

Arlen Barrera tiene 22 años y es estudiante de Derecho en la Universidad Rafael Urdaneta y afirma que quiere vivir en una Venezuela donde “todos los derechos sean para todas las personas”.

-Me uní a esta huelga de hambre por ver la constante violación de Derechos Humanos y de los derechos constitucionales que vivimos en Venezuela. Ya está bueno de tantos atropellos y persecuciones por parte del gobierno nacional a todos aquellos que disienten y deciden pensar diferente.
23 años tiene Daniel Espinoza y es Coordinador del Centro de Estudiantes de Odontología de La

Daniel Espinoza

Universidad del Zulia. Sostiene que es un “defensor de la democracia y de la libertad”.

-Pienso que mi país puede tener un mejor futuro y creo que se debe respetar la voluntad popular del pueblo marabino que decidió con el voto que José Sánchez “Mazuco” sea su representante en la Asamblea Nacional. De alguna forma, esta protesta es para que se respete la voluntad de mas de 91 mil personas que dieron su voto de confianza para que el Comisario Mazuco llegara al Parlamento.

Jhovanny Mejias, 19 años, es Estudiante de la Escuela ciencias Políticas de la Universidad del Zulia y

Jhovanny Mejías

miembro de Voluntad Popular y asegura que decidió sumarse a la huelga de hambre para “exigir que cese de una buena vez el irrespeto a nuestros Derechos Humanos por parte del ejecutivo nacional”.

-Ya estoy cansado de ver como somos insultados, atropellados por parte de este gobierno. Además, exigimos la humanización de todos los recintos penitenciarios y, por último, que se permita la entrada a José Miguel Insulza, para que constate, de una buena vez por todas, la arbitrariedad de este nefasto régimen totalitarista. Es hora de tomar acciones que lleguen más allá de una exigencia, que lleguen más allá de una petición. Es hora que la sociedad Venezolana tome conciencia y trabajemos en función de construir esa Venezuela en la que todos queremos vivir, esa Venezuela tricolor donde todos los derechos sean para todos por igual, sin importar raza, color o nivel social, esa Venezuela llena de paz y de armonía.

Roberto Vilchez

El amor a la Patria y a su pueblo fue lo que llevó a Roberto Vílchez, 25 años y estudiante de Derecho de La Universidad del Zulia, a sumarse al ayuno voluntario en la plaza República.

-Me impulsa el amor a mi gente, a los jóvenes. Nosotros actualmente no tenemos futuro, no es justo que estemos estudiando sin tener alguna posibilidad ejercer nuestra profesión una vez graduados. En Venezuela, cada día, se nos van cerrando las oportunidades. Además, la lucha es por los Derechos Humanos, por la muerte injusta de tantos, en especial de la dirigente de AD Evangelina Carrizo, crimen que quedó impune hasta la fecha. Quiero para mi familia, mis hermanos menores, mis amigos, un país de oportunidades, con democracia plena y en paz.
El último en unirse a la huelga de hambre en Maracaibo es Hendrix Pirela, estudiante de Ciencias Políticas en La Universidad del Zulia y con 23 años de edad.

Hendrix Pirela

-Lo que me llevo a unirme a la huelga fue la ilegitimidad de los Poderes Públicos, el abuso del Gobierno Nacional para aplicar las leyes en Venezuela. Nuestra lucha no es de ahora, los jóvenes venezolanos queremos construir un futuro en el cual viviremos y queremos que este sea de paz, armonía, tolerancia y, sobre todo, libertad. Queremos poder decir en cualquier parte del mundo que Venezuela es un país de todos y no de un solo grupo. Nosotros queremos la libertad de nuestros presos políticos, que acabe esa persecución absurda y el abuso del poder, queremos una aplicación de la ley ecuánime y no sectorizada. Acaso la única manera de acabar con la oposición venezolana es encarcelando a gente inocente pues acá tienen a 65 jóvenes dispuestos a dar nuestras vidas si es necesario por la libertad y la dignificacion de nuestra patria Venezuela. ¡A Venezuela le digo que resista que acá estamos sus hijos luchando por ella!