Ella estaba allí el domingo 17. A la entrada del Centro de Arte de Maracaibo como esperando a sus invitados. Su rostro mostraba el cansancio acumulado luego de cuatro días de fuertes emociones y agotadoras jornadas, pero su sonrisa cálida y su amable disposición para responder a todos los que se le acercaban atenuaban su fatiga y hacían sentir a los visitantes que eran bienvenidos. Con su cercanía habitual y su característica cordialidad siempre estuvo dispuesta a posar junto a alguna de sus obras para el lente fotográfico de quien se lo solicitara.
La Feria Internacional del Arte y las Antigüedades de Maracaibo (FIAAM 2010) le rindió un merecidísimo homenaje a la artista plástico Lía Bermúdez, escultora, promotora y difusora cultural nacida en Caracas pero que adoptó a Maracaibo como su ciudad o, tal vez, la ciudad la adoptó a ella como Maracucha.
Lía Bermúdez no puede ser extraña para casi ningún venezolano pues, aún no conociendo su nombre, es casi imposible que uno no se haya tropezado con alguna de las piezas realizadas por la escultora y que se despliegan en diversas ciudades del país, modificando el paisaje urbano y llenándolo de belleza y sentido artístico.
Al pasar por Tribunal Supremo de Justicia o por Corp Banca en Caracas, es imposible obviar esas especies de seres alados azules gigantescos que quedan grabados en la retina para siempre, lo mismo que ocurre con la “escultura colgante” de la Torre Polar de un amarillo impactante o con los “relieves” de rojo intenso de la estación Colegio de Ingenieros del Metro de Caracas.
De Lía dijo en una oportunidad el ex rector de La Universidad del Zulia, Angel Lombardi: «Lía cree en la amistad y la practica; pródiga en la alabanza, a nadie niega su ayuda, su cercanía fortalece y estimula. Es tanta su dimensión humana que hasta la propia obra se empequeñece frente a ella. Es una obra importante y hermosa, con un lenguaje y una simbología poderosa, un espacio conquistado al infinito y a la eternidad, un canto a la vida; el trabajo y los días de Lía, nunca han renunciado a la utopía.»
Por su constancia en el difícil mundo de la promoción y difusión cultural en el país y por su importante y dilatada obra escultórica, para nadie fue una sorpresa que la VII FIAAM le rindiera un homenaje con una especial muestra de su trabajo en la nave central del Centro de Arte que lleva su nombre –CAMLB-.
VII FIAAM
La VII Feria Internacional del Arte y las Antigüedades de Maracaibo se desarrolló, como es habitual, en el Centro de Arte de Maracaibo Lia Bermúdez del 14 al 17 de octubre con la participación de 18 de las más importantes galerías de arte del país y 3 casas de antigüedades, junto con un apéndice especial de un Museo de la Moda.
Para quienes anualmente estamos acostumbrados a asistir a la FIAAM fue impactante ver la poca asistencia de galerías en comparación con años anteriores y la nula participación de galerías extranjeras. En esta oportunidad extrañamos a algunos amigos que estábamos acostumbrados a frecuentar una vez al año en sus stands de la Feria.
Y es que las ferias de arte no son entes aislados al resto del país y las han alcanzado la crisis económica que afecta a todas las áreas de la cotidianidad del venezolano. Algunos amigos de galerías venezolanas no asistieron bien porque sus galerías se vieron obligadas a cerrar por la falta de ingresos o porque tienen reducción de gastos y participar en una Feria de Arte siempre significa un importante egreso monetario para los galeristas.
El otro aspecto que influyó en la disminución de la cantidad de stands presentes en la FIAAM 2010 ha sido el férreo control de cambio que se ha impuesto en el país. Para las galerías extranjeras no tiene ningún atractivo asistir a una Feria en la que no podrán negociar sus piezas en dólares y los bolívares, evidentemente, no les servirían para nada en sus países. Algo similar ocurrió con la última edición de la FIAT en Caracas.
Todos estos inconvenientes hacen que el equipo de personas involucradas en la organización de la FIAAM 2010 se merezcan una ovación de pie. Ellos lograron sortear las adversidades y traernos una feria de arte que, si bien es cierto, se vio menguada en cuanto a la cantidad de stands participantes, no es menos cierto que consiguieron mantener la calidad de las obras mostradas, brindando un evento artístico digno y de alta factura a la colectividad.
Al recorrer los espacios de la feria se podían apreciar obras de Cruz Diez, Soto, Reverón, Zitman, Lunar, Niño, Henry Bermúdez, Casique, Schuster, Hernán Alvarado, Vigas… en fin una numerosa representación de artistas que no es fácil conseguir en un mismo espacio y que se aprecia y agradece cuando una institución hace el esfuerzo por reunirlos.
Lunar Casique Schuster
MUSEO DE LA MODA
En la mezzanina del Centro de Arte de Maracaibo, se dispuso un espacio denominado “Museo de la Moda”, allí un grupo de diseñadores zulianos expusieron sus trajes inspirados en la obra escultórica de Lía Bermúdez, la artista homenajeada en la VII FIAAM.
Sin duda, la idea de un museo de la moda en Maracaibo es una iniciativa plausible y, ojalá, algún día la ciudad pueda contar con un museo especializado en diseño de modas como el “Museo del Traje” de Madrid, que elevaría el diseño y la creación de moda a la categoría de arte.
Lamentablemente, lo visto en esta oportunidad en el display del Museo de la Moda, dejó bastante que desear. Algunos vestidos más que diseños de moda parecían disfraces inspirados en las piezas de la escultora y otros daban la sensación de ser cualquier traje que el diseñador tenía guardado en su atelier al que le puso algunos apliques imitando la obra de Lía Bermúdez.
Nidal Silva Vega Semeraro
Se hacía patente la falta de una investigación concienzuda por parte de los diseñadores que los llevaran a captar la sutileza de las limpias líneas escultóricas de Lía Bermúdez, la sencillez de sus diseños y la utilización que de los volúmenes hace la artista.
La única pieza en la que en verdad pude sentir la presencia de Lía Bermúdez fue en el traje presentado por la diseñadora Ana María Rincón. Su diseño, además de captar la esencia del diseño escultórico de la Bermúdez, resulta finamente realizado y perfectamente utilizable por cualquier mujer que busque elegancia y sencillez al vestir.
Cierro este artículo sobre la VII Feria internacional del Arte y las Antigüedades de Maracaibo con la esperanza de que en próximas ediciones se hayan podido superar los inconvenientes que han hecho que el evento se vea disminuido en cuanto a la cantidad de participantes. Ojalá, así como se piensa invertir en plantas nucleares y en armas, se considere la posibilidad de incentivar manifestaciones artísticas como estas que nos llenan el alma y los ojos de belleza y arte.
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