Creo que ha llegado el momento de dejar este palacio y salir a ver el mundo de verdad. Comunicarme con la gente más allá de actos oficiales y de asesores que, o bien no están al tanto de lo que acontece, o simplemente no se atreven a hablarme claro y sin tapujos sobre lo que se debe hacer o no hacer en estos tiempos. Sobre lo que es políticamente correcto o no.
El mundo parece haber cambiado en los últimos años y yo como que estoy estancado en el pasado, creyendo que la gente es la misma de antes y que con el simple hecho de ser Rey todo se me aplaude y todo se me disculpa.
Estos días de reposo los voy a destinar a ponerme al día sobre los cambios que se han experimentado en el mundo. Me voy a abrir una cuenta en twitter, aunque sea con seudónimo, y voy a tratar de conocer personalmente lo que la gente realmente piensa del Rey y de la monarquía porque sospecho que ya no somos tan bien vistos como antes o, al menos, parece haber un importante sector de la opinión pública interesado en desprestigiarnos en hacernos ver como algo más perjudicial para el país que beneficioso.
Intereses ocultos tienen que estar detrás del escándalo por la fotico con el elefante. ¡Joder, si hasta hace nada una foto como esa habría despertado la admiración del mundo entero! ¿Cuándo dejó de ser la cacería una actividad deportiva bien vista para convertirse en un acto cruel y deleznable?
Gente que yo jamás pensé que se me enfrentaría ahora anda hablando mal de mí por la foto de marras. Idiotas que hasta hace nada aplaudían y se inclinaban a mi paso hoy se atreven a criticarme y a señalarme con el dedo como una persona impresentable. Hasta el periodista aquel que hace unos 30 años me felicitaba por la caza del tigre y me pintaba en sus reseñas como un héroe en safari y alababa mi valentía por enfrentarme a semejante fiera salvaje con tan solo una escopeta, hoy se atreve a decir que la imagen del Rey delante del elefante moribundo le produce náuseas y siente herida su sensibilidad ante el sufrimiento del pobre animalito.
¡Coño, pero es que si hasta de ese país medio salvaje y bárbaro en Suramérica, cuyos habitantes me aplaudían a rabiar hace algún tiempo porque mandé a callar al gorila ese que los gobierna, han llegado firmas para que se me quite el cargo de presidente honorario del WWF! ¡Imagínense, un país donde mueren cerca de 200 personas en un fin de semana por la violencia y la delincuencia, se molesta en firmar una petición on line por la cacería de elefantes en África!
Hace 200 años cualquiera que se atreviera a hacer semejantes señalamientos al Rey habría muerto en la horca… Cuando Franco tal vez habría habido algún crítico desaparecido o torturado hasta hacer que se retractara pero, evidentemente, el mundo es otro. Tan otro, que me tildan de cruel por practicar algo que hasta hace nada era visto como un deporte de gente bien. Una tradición incluso, que despertaba la admiración de nobles y plebeyos. ¿Acaso no es una actividad permitida en África? ¿Qué ley se supone que infringí al disparar a la bestia de más de 3 mil kilos?
Tanta sensiblería por una bestia me tiene desconcertado. Nadie me quita de la cabeza que todo no es más que una campaña de desprestigio estimulada desde la cochina izquierda radical que siempre ha querido hacer que la monarquía desaparezca y ahora se vale de la protección a los animales, que parece estar de moda en todo el mundo, para hacerme ver como un ser cruel que goza con el sufrimiento de los animales.
Lo peor es que no se qué debo hacer en estos momentos. Me siento como aquella miss que se pregunta si es preferible pedir permiso o pedir perdón. ¿Tendré que salir a ofrecer disculpas a la gente que se sintió ofendida por la foto del elefante o, por el contrario, me hago el tonto, aprovecho que estoy de reposo y dejo que el tiempo se encargue de hacer que todo el escándalo se olvide?
¿Tendré que pedir permiso la próxima vez que se me ocurra salir de cacería o, simplemente, debo decir que no volveré a cazar porque ya no tengo edad para eso y representa un verdadero peligro?
¡Coño, que no logro entender por qué tanto revuelo! ¿Qué creían esos que hoy se escandalizan, que antes salía a cazar con dardos de anestesia para no hacer sufrir a las bestias?
Definitivamente, el mundo ha cambiado. No sé si esta gente realmente está tan sensibilizada con respecto a los animales o si es sólo una moda más que pasará. Lo que tengo claro es que al levantarme de esta cama haré menos caso de asesores y expertos y me dedicaré a estar más en contacto con el mundo, con lo que pasa, con los cambios, con la gente, para que no me vuelvan a crucificar por algo que, hasta hace nada, era visto como normal, esperado y admirado en un Rey.